05 de Febrero - El presidente Donald Trump fue absuelto el miércoles en el Senado de los dos cargos de juicio político: abuso de autoridad y obstrucción al Congreso, dando fin a apenas el tercer proceso de este tipo en la historia de Estados Unidos, el cual dividió al país, puso a prueba las normas cívicas y alimentó la tumultuosa contienda de 2020 rumbo a la Casa Blanca.
La mayoría de los senadores expresaron sentirse incómodos con la campaña de presión de Trump a Ucrania que resultó en los dos cargos de juicio político. Pero los conteos finales —52-48 en favor de la absolución por abuso de autoridad y 53-47 en la acusación por obstruir la investigación del Congreso— estuvieron muy lejos de reflejarlo. Se necesitaba que dos terceras partes de los senadores votaran “culpable” para alcanzar el criterio constitucional de delitos y faltas graves para condenar y destituir al mandatario.
El resultado pone fin a meses de notables procedimientos de juicio político iniciados por la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, y culminados en el Senado, que preside el republicano Mitch McConnell, reflejando la profunda división partidista en el país en el tercer año del gobierno de Trump.
Lo que inició como una solicitud de Trump a Ucrania de “hacernos un favor” se convirtió en un extenso reporte de 28.000 páginas recabado por investigadores de la Cámara de Representantes, en el que se acusa a un presidente estadounidense de involucrarse en una diplomacia cuestionable que ponía en riesgo las relaciones exteriores de Estados Unidos para beneficio personal y político, al presionar a un aliado para investigar a su rival demócrata Joe Biden en anticipación a los próximos comicios.
Ningún presidente ha sido destituido por el Senado en la historia del país.
Un Trump fortalecido políticamente había pronosticado su exoneración, y ha usado el veredicto como un himno político en su campaña de reelección. El presidente asegura que no hizo nada malo, y ha tachado la investigación como una “cacería de brujas” y una “farsa”. También ha dicho que se trata de una extensión de la pesquisa del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en la campaña de 2016 por parte de sus opositores desde el comienzo de su mandato.
La votación del miércoles fue expedita. Con el magistrado presidente John Roberts al frente del juicio, los senadores que juraron hacer “justicia imparcial” se pusieron de pie junto a sus escritorios y uno a uno votaron “culpable” o “inocente”.
En el primer cargo de juicio político, Trump fue acusado de abuso de autoridad. Fue declarado inocente. En el segundo, obstrucción del Congreso, también obtuvo el veredicto de inocencia.
Sólo un republicano, Mitt Romney por Utah, el candidato derrotado del partido en los comicios de 2012, rompió filas con su partido.
Romney estuvo a punto de romper en llanto al decir que, basándose en su fe y su “juramento ante Dios”, votaría culpable en el primer cargo, abuso de autoridad. Dijo que votaría a favor del mandatario en el segundo cargo.
Tanto Bill Clinton en 1999 como Andrew Johnson en 1868 tuvieron apoyo bipartidista cuando mantuvieron el cargo después de enfrentar un juicio político. El presidente Richard Nixon presentó su renuncia en lugar de enfrentar un levantamiento de su propio partido.