05.07.21 - La decana de la Facultad de Humanidades e historiadora de la Usach, Cristina Moyano, habló sobre el carácter histórico de lo vivido con los pueblos originarios durante la inauguración de la Convención Constituyente, con Elisa Loncon como presidenta. Además, realizó una proyección sobre lo que viene.
Momentos históricos se vivieron durante la inauguración de la Convención Constituyente, con Elisa Loncon asumiendo la presidencia y con otros 16 constituyentes de pueblos originarios presentes.
Para Cristina Moyano, decana de la Facultad de Humanidades e historiadora de la Universidad de Santiago, se les da un lugar especial de reconocimiento y representación, algo nunca antes visto en la historia de Chile.
“Un hito medianamente similar, pero que no tuvo ningún efecto fundante ni vinculante corresponde a la Asamblea de Profesionales y Asalariados que se hace en marco de la República Oligárquica a inicios del Siglo XX, como se le denomina al período de Arturo Alessandri Palma. En nuestra historia nunca han sido reconocidos en términos constituciones como parte de un Estado plurinacional. Hubo pequeños esbozos y avances al inicio de la transición con la conformación de la Conadi y el proceso de reparación histórica, pero nunca al nivel político y simbólico que tiene la posibilidad de que 17 miembros de pueblos originarios participen de este proceso”, señaló.
En ese sentido, hizo hincapié en la figura de la académica Elisa Loncon presidiendo esta Convención. “Es una activista por los derechos del reconocimiento de la plurinacionalidad, la interculturalidad y autonomía de pueblos indígenas, principalmente del pueblo mapuche. Ha rescatado la lengua, porque entiende que en ella está gran parte de la cosmovisión en que los pueblos indígenas puedan representar su manera no occidental y no colonizada de este mundo”.
Finalmente, haciendo una proyección de lo que viene en materia de los pueblos originarios, sostuvo que “Elisa da la esperanza de construir una nación plurinacional, tal como han avanzado países como Ecuador, Bolivia y México”. “Da posibilidades de pensarnos desde otras categorías ancestrales que son tan importantes para resarcir las deudas históricas que se instauraron desde la conquista a estos días”, cerró.