Más de tres mil personas rescatadas de la esclavitud en Brasil

29 de enero de 2024.- Brasil rescató el pasado año a tres mil 190 personas en condiciones análogas a la esclavitud, cifra que representa hoy la mayor registrada en el gigante sudamericano desde 2009.

Citados por el portal Brasil de Fato, los datos divulgados por la Coordinación General de Fiscalización para la Erradicación del Trabajo Análogo al de Esclavizado y Trata de Personas del Ministerio de Trabajo y Empleo, revelan, además, que tales liberaciones ocurrieron en 598 operaciones.

Asimismo, los empleadores descubiertos pagaron 12,8 millones de reales (dos millones 500 mil dólares) en indemnizaciones laborales.

Las estadísticas afloraron por el Día Nacional de Lucha contra el Trabajo Esclavo, que se conmemora cada 28 de enero.

Tal fecha quedó marcada después de la llamada Masacre de Unaí, en 2004, cuando cuatro funcionarios del Ministerio de Trabajo y Empleo fueron fusilados durante una operación de fiscalización en una hacienda en esa región, en el estado de Minas Gerais (sudeste).

Luego de la investigación, la Policía Federal señaló a los hermanos Antério y Norberto Mánica, entre los mayores productores de frijoles del país, como responsables del crimen. Ambos fueron condenados y sus penas resultaron de 65 y 64 años, respectivamente.

Desde 1995, Brasil rescató en total a 65 mil trabajadores atados a estas cadenas de servidumbre y marcados por la experiencia de vivir con miedo.

El 85 por ciento de ese total de personas redimidas laboraban en áreas rurales.

Las propiedades productivas en que más fueron rescatados están ligadas al cultivo de café (302 personas), caña de azúcar (258), servicios de limpieza y preparación de la tierra (249) y (210), respectivamente.

Someter a alguien a esa despreciable faena es considerado crimen en Brasil.

El castigo es de dos a ocho años de reclusión y multa, con agravantes previstos en el artículo 149 del Código Penal.

De acuerdo con expertos, el trabajo esclavo causa daños irreparables a los que son víctimas de esa transgresión, pues cumplen jornadas exhaustivas que implican generalmente mucho esfuerzo físico y la ausencia de descansos periódicos.

Muchas de las víctimas sufren y su vida transcurre en alojamientos con condiciones precarias, incluso insalubres, las cuales conducen al desarrollo de traumas físicos, lesiones y enfermedades graves al organismo.

Se suma a esto la pérdida de la libertad individual y la sumisión a situaciones despreciables que acarrean la total alienación del trabajador de la vida exterior, de su familia e incluso de su propia identidad, causando serios problemas de salud mental.


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