Después de casi cinco años, pero ¿irá alguien?
Después de que el aislado país cerrara sus fronteras para mantener alejado al Covid-19, las compañías turísticas celebran la reanudación de los viajes.
26 de agosto de 2024.-Corea del Norte volverá a recibir a los turistas internacionales a finales de año, según las agencias de viajes, pero los expertos han advertido que la tan esperada apertura podría ser víctima de las tensiones políticas y de los brutales inviernos del país, informó El Guardian en una nota informativa.
Corea del Norte selló sus fronteras y prohibió los visitantes internacionales poco después de que se desatara la pandemia de Covid-19 a principios de 2020, por temor a que el virus pudiera paralizar sus ya frágiles servicios de salud. El cierre afectó al comercio con China y negó al régimen dólares de los turistas, mientras que su líder, Kim Jong-un, supuestamente se refugiaba en su casa de vacaciones en la costa.
Aunque los vuelos internacionales dentro y fuera de Corea del Norte se reanudaron el año pasado, y alrededor de 100 turistas rusos participaron en una gira privada en febrero, el país permanece esencialmente cerrado a los forasteros.
La aparente decisión de bajar el puente levadizo ha sido bien recibida por las compañías turísticas, pero algunos observadores de Corea del Norte dicen que los planes para reanudar el turismo después de casi cinco años de aislamiento forzado por la pandemia están plagados de problemas.
Los medios estatales norcoreanos aún no han comentado sobre la supuesta apertura, aunque Kim se ha interesado personalmente en desarrollar la infraestructura turística y ha hablado de su deseo de dar la bienvenida a visitantes de naciones "amigas", China y Rusia.
La motivación oficial ha cambiado poco desde que Corea del Norte prohibió los turistas extranjeros en 2020: es decir, mostrar un país moderno y contento centrado en la inquebrantable devoción pública a tres generaciones de la dinastía Kim.
Se espera que los primeros visitantes se limiten a Samjiyon, una ciudad cerca de la frontera con China, descrita por Corea del Norte como una “utopía socialista” y “un modelo de ciudad montañosa altamente civilizada”.
