El gobierno de Trinidad y Tobago comenzó el año nuevo 2025 con una decisión bastante compleja, como lo es la declaración del estado de emergencia nacional debido a la violencia asociada a pandillas.
Esta decisión, reflejada a través de un decreto oficial de Estado, permite dotar de poderes ampliados a la policía y a las fuerzas de defensa para hacer registros sin orden judicial y detener a cualquier sospechoso por hasta 48 horas.
El año 2024 resultó bastante difícil para la isla caribeña por la inusual acción de grupos violentos organizados en pandillas, los cuales casi han tomado el control de algunas comunidades sin una acción positiva aparente de las autoridades.
El repunte de la violencia pandillera está catalogada por la prensa local como “de proporciones letales” y ha llevado al gobierno trinitario a ejecutar la acción legal en todo el país el mismo primero de enero, aunque desde el lunes se manejaba esa posibilidad.
La prensa local ha reseñado en las últimas 48 horas una verdadera situación de calamidad extrema debido a los hechos violentos entre pandillas. El fin de semana estuvo marcado por una racha de violencia que resultó en varias muertes, incluyendo cinco hombres que se cree que resultaron víctimas de tiroteos de represalia.
Ante esta situación el Ministro de Seguridad Nacional Fitzgerald Hinds, declaró: “No cabe duda de que estamos lidiando con una epidemia”. También explicó que “Aunque el estado de emergencia no contempla un toque de queda, se les dijo a los residentes que esperaran un aumento de la presencia policial y militar”.
Según las estadísticas oficiales, Trinidad y Tobago registró un número sin precedentes de 623 homicidios hasta el 31 de diciembre de 2024, y 263 de ellos están relacionados con la violencia pandillera.