Fundacredesa, ahora adscrito al Ministerio del Poder Popular para las Comunas y la Protección Social, acaba de publicar en la prensa un texto bajo el título Narconovelas, drogas y sexo, que desnuda la industria cultural que se expresa, entre otros mecanismos, a través de las telenovelas. Es un serio y denso análisis que debe ser objeto de debate en las escuelas de Comunicación Social del país y en otras, como en las de Educación y Sociología.
Fundacredesa es un centro de estudio muy respetado y reconocido, dirigido por un largo tiempo por el doctor Hernán Méndez Castellanos. Sus análisis sobre el problema estructural de la pobreza y sus secuelas sociales siempre han dado aportes sustanciales. Aborda un tema que debió ser tratado mucho antes por entes como el Consejo Nacional de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Cndna), y por el Directorio de Responsabilidad Social para Radio y Televisión.
Frente a la denuncia hecha, ¿cómo es que los centros de investigación en comunicación de las universidades nacionales y los teóricos e investigadores del área no se han pronunciado? Ese es un tema que debe ser motivo de permanente preocupación por la vulnerabilidad de los niños, niñas y adolescentes frente a los contenidos que transmiten, sin coto alguno, los aparatos mediáticos, en este caso la TV.
La industria cultural, conformada desde mediados de los años cincuenta del siglo XX y reforzada por la expansión de los carteles mediáticos, proyecta culturas foráneas, tiene como norte: imponer conductas, costumbres y hábitos que socavan las culturas nacionales, construye arquetipos que modelan (patterns); bajo una aparente desideologización del discurso, generan vacíos que propician la penetración de otros valores.
Se denuncia: "... algunos canales de televisión están transmitiendo en horas nocturnas diversas telenovelas que hacen reiteradas y continuas alusiones, tanto explícitas como subliminales, al tráfico, distribución y consumo de drogas, escenas de violencia, lenguaje manipulador y contenidos agresivos pueden estimular una visión positiva...". Sin tetas no hay paraíso, El capo y Tijeras quieren hacer digerible la realidad de la violencia del mundo del narcotráfico. Vale la denuncia. Bien por Fundacredesa.
Periodista/Prof. universitaria
