Las lágrimas del matacura
son realmente patéticas, las torpes y malhabladas réplicas de Guillermo
Zuloaga en sus andanzas por Washington son igualmente tragicómicas.
La carta de este oligarca malcriado a nuestro comandante ante su pedido
a los poderes de actuar ante su ilegalidad es un monumento a la cobardía.
De lejos cualquiera se las puede dar de valiente, acercarse de rodillas
a los congresantes republicanos de EE.UU. y desde allá azuzar
más violencia hacia nuestra patria pretendiendo repetir los cacareos
histéricos de los dueños de RCTV no nos dice otra cosa diferente a
que se adelanta una nueva intentona de desestabilizar nuestra democracia.
Es sabido por todos que Globovisión
más que un canal de comunicación social es un reducto de los políticos
de la cuarta república cuya función ha sido llenar de odio y violencia
el sentir de los venezolanos. Sus dueños o huyen perseguido por sus
delitos, o están distanciados por peleas típicas de los niños ricos,
lo cierto es que ha llegado la hora de avanzar y hacer cumplir la voluntad
de la mayoría del pueblo de Venezuela de dar cumplimiento a la constitución.
Un buen porcentaje de las acciones que estaban a nombre de uno de sus
dueños, banquero estafador del nuestro pueblo, deben pasar a nombre
de la patria, las de Zuloaga de igual forma deben ser confiscadas y
debe de tomarse este canal para parar el plan de golpe que preparan
junto a los oligarcas imperiales.
“No se asusten que estamos
temblando” es el mensaje de cagueta que transmitió hoy el matacuras,
en nombre de los empleados y las familias de la emisora, escudo de cobardes.
El gobierno debe apresurarse de una vez por todas y tomar sus acciones
en Globovisión.
Enfrentemos con valentía la
arremetida de la SIP y todas las voces cómplices del imperio que ya
deben estar a la espera para denunciar un atropello. El único atropello
continuado ha sido el de esta corte de vende patrias que a diario hostigan
las conciencias de las y los venezolanos. Enfrentemos al Congreso norteamericano
que le abre las puertas a delincuentes como Zuloaga y pretende arremeter
contra nuestra revolución. Sin ningún temor este glorioso pueblo
esta dispuesto a cobrar todas las deudas de los ladrones que huyen y
usan este medio para azuzarnos a la violencia. Todo tiene que tener
un final, el de Globovisión ya está escrito. Comandante: cuenta usted
con toda una patria que lo respalda. El cierre de la planta de los apátridas
es un ruego de la nueva Venezuela. Esta gentuza que son sus dueños
y todos los palangristas que allí son tarifados son enemigos de la
democracia, son golpistas que no acatan la ley, al contrario, la violan
para tratar de usar como arma de desestabilización el cierre de la
planta. Ciérrese de una vez, en la demora está el peligro. Quien dijo
miedo? Avanzar en nuestra revolución implica hacer cumplir las leyes
y sobran éstas cuando se trata de justificar esta medida que reclama
la Venezuela que nace.
Estamos esperando comandante,
adelante!!
brachoraul@gmail.com