La falacia de los medios, la manipulación y el ocultamiento de la verdad continúan sin tener respuesta oportuna del gobierno…

El presidente Chávez no ha dejado de expresar en sus comparecencias públicas habituales, tanto a través de los medios radioeléctricos como en mítines y manifestaciones, su inquietud por el tema, que es, en definitiva, la misma que experimenta el pueblo chavista y la de todo aquel que cree con fervor y pasión en el socialismo como único camino para sacar a este país del subdesarrollo y aventarlo, como dirían los mexicanos, hacia el progreso con justicia social y en paz, cuando se pregunta, palabras más, palabras menos: ¿Qué ocurre con nosotros, que no sabemos no solamente divulgar la obra de la revolución, sino que no tenemos la capacidad para responder a los ataques y a las mil falsedades que fabrican los medios de la oposición todos los minutos del día y sin descanso alguno?

Es realmente preocupante la pasividad gubernamental ante tamaña campaña mediática de descrédito con todo lo que hace el gobierno nacional, la cual no solamente es permanente y que, además, no mide su capacidad perversa de inventar mentiras, de desvirtuar la realidad y generar terror con el cuento repetitivo de que el país va de mal en peor, así como que más temprano que tarde caerá en una crisis de la cual jamás podrá levantarse.

No entendemos por qué la revolución no ha podido articular una política comunicacional que enfrente con éxito a una oposición que busca tan sólo destruirla, sin que para ello descarte las estrategias que fueren, como asesinar al comandante Chávez y aliarse hasta con el diablo para intentar lograr que el imperio nos invada o nos bombardee o nos imponga un bloqueo, convencida como lo está, no obstante haber sido derrotada mil veces en esos intentos, de que esa la única opción que tiene para retornar a Miraflores.
¿Por qué callamos o nos tardamos tanto en desmentir tanta falsedad de los medios?


Mario Silva en su programa diario de la Hojilla, el canal VTV con algunos programas puntuales, como esos excelentes que modera William Castillo, hacen todo cuanto pueden para contrarrestarla, pero ello es muy poco, diríamos casi nada, pues el primero se transmite muy tarde en la noche, cuando la mayoría de los venezolanos duermen, para iniciar muy temprano la jornada del día siguiente y, el otro, porque se transmite una sola vez a la semana. Los diarios Correo del Orinoco, Vea y Ciudad Caracas, por supuesto, también ayudan y mucho en esa tarea de desenmascararlos, pero igualmente su campo de acción, como sabemos, es muy limitado...


¿Qué hacen las numerosas de oficinas de prensa de los despachos oficiales, la mayoría de las cuales, entendemos, funcionan con rango de direcciones generales, en la tarea primordial que tienen de divulgar la gestión del despacho al cual están asignadas? Ni una sola de esas dependencias hemos visto que sale a la palestra pública a cumplir con su responsabilidad específica y esto viene ocurriendo, sin exagerarlo, desde que el presidente Chávez asumió la presidencia en 1.999.


Hemos reiterado mil veces esa pregunta y me angustia que no haya tenido una respuesta satisfactoria. Hemos sugerido, también, que se debería adelantar una gestión de rectoría y vigilancia rigurosa de la actuación de esas dependencias que consumen altas sumas del presupuesto nacional y que nada producen de positivo para el país, pues es realmente imperdonable que ni siquiera mantienen al día las páginas oficiales que cada una de esas instancias tiene en la red. Quien quiera verificarlo, que entren a cualquiera de esas páginas y se darán cuenta de que la desidia en ese tema es casi general.


Hemos agregado a esa sugerencia que se estudie la conveniencia de que las competencias de esas direcciones de relaciones públicas y prensa, deben estar sujetas a la rectoría del ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, puesto que estamos convencidos de que bajo una coordinación centralizada y del más alto rango, como esa, el éxito estaría asegurado.

No obstante ello, esas dependencias deben tener la obligación de habilitar sus propios espacios de competencia para responder a los ataques muy directos de que son víctimas sus instituciones en el término de la distancia y de forma contundente.


Nos preguntamos una y otra vez: ¿Hasta cuando el país va estar huérfano de ese mecanismo que nos va a permitir, en primer lugar, informarle al país la obra monumental del gobierno a nivel de todo el territorio nacional y, en segundo lugar, hacerle frente con éxito seguro a la feroz campaña mediática opositora que, es bueno, repetirlo, no busca otro objetivo que acabar con la Revolución Bolivariana, a costa de lo que sea?


oliverr@cantv.net


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Iván Oliver Rugeles


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