Ciudad CCS está de rumba. Pisó dos años de existencia, trabajo y vida. Desde que nació se mostró porfiado. Mejor dicho, se mostró porfiado, incluso, antes de que lo engendraran. ¡Ah!, para despecho de la derecha y contrarrevolucionarios en general, se sale con la suya. Vea pues.
Tan rebelde ha sido este informador, que no tuvo mejor idea desde el inicio mismo que husmear los pasos nada más y nada menos que de Ernesto Villegas –uno de los mejores periodistas de este país– hasta que ¡zuas!, lo pilló. Bajo su acertada dirección, tan rebelada publicación lo que hace es sumar y sumar.
La tozudez de Ciudad CCS no tiene parangón. Fíjese: se empeñó en ser eco de la realidad que de cerro en cerro se preña de revolución. No sólo se trazó tal meta, sino que además la desarrolla y por si fuera poco, abre sus páginas de par en par para que sean las mismas comunidades quienes vacíen su sentir. ¡Mayúscula ofensa al periodismo tradicional y burgués!
¡Ah!, casi lo olvidaba: no contento con servir para lo que sirve, se da el lujo de hacerlo de manera sencilla, fácil, pedagógica, coloquial y con respeto, combinación ésta que nada fácil es para otros medios que con descaro y hasta cinismo, pretenden abrogarse el cariño y las preferencias del pueblo.
Altanero este cumpleañero de hoy: ¿cómo es eso de rayar o exponer a la vindicta pública hasta al mismo Ejecutivo nacional o al municipal como sucede casi a diario? ¿perro mordiéndole la mano al amo? hmmm, ¿exceso de libertad? ¿el poder que cría cuervos? ¿el poder contra las cuerdas bajo los guantazos de su estilista preferido?
Ciertamente respondón este carricito de sólo dos años. No tiene tamaño pa’ los ronquidos que pega, y no precisamente durante las noches.
Los románticos del imperio están inquietos. Lo mismo sucede a sus cachorros. Como de la nada surgió este atinado imberbe que los reta en el mejor terreno que sabe pisar: el de la verdad. “Y ahora es cuando falta”, parece advertir en el mejor estilo de agitaíto que sabe ser.
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