Mentiras mediáticas

     Algunos medios de comunicación, concebidos en su origen como canales de la libertad de expresión contra los abusos del poder político y económico, hoy han pasado a expresar los intereses de un puñado de países sedientos de energía y de  gigantescas empresas mediáticas.

Hay noticias que evidencian la manipulación, silenciamiento o tergiversación en los grandes medios de prensa para imponer un pensamiento único donde se trafica con la información y con los hechos recientes en Libia, queda demostrado que todas las guerras van precedidas por una gran mentira mediática y contra Venezuela en su momento, Bush impuso la estrategia de guerra mediática para someter al gobierno de Chávez a la vez, exponerlo al escarnio público internacional. 

La mentira mediática es una constante que antecede a la invasión y en este momento de desespero y crisis económica capitalista global y falta de credibilidad política y de solidez de las instituciones mundiales, cualquier cosa puede ocurrir y la solidaridad de los grandes medios de comunicación en los EE.UU. y la Unión Europea con los disturbios de los terroristas en Libia era obviamente hipócrita. 

El manejo de la información como factor básico de control de los pueblos en el mundo es uno los más avanzados elementos de la contrainsurgencia trazada en las oficinas de inteligencia de Estados Unidos, como un modelo de “guerra psicológica” según Stella Calloni, quien además considera que un gran movimiento por la paz podría ayudar a la lucha contra la desinformación.

En su momento cuando se trato de Cuba, como dijera el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, “se aplica una lupa inmensa que magnifica todo lo que en Cuba ocurre cada vez que conviene a los intereses enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la lupa se distrae y no alcanza ver otras cosas importantes”. 

En nuestra querida Venezuela donde la oposición política fue derrotada en 1998 en elecciones libres, plurales y democráticas, los principales grupos de prensa, radio y televisión habían desatado una verdadera guerra mediática contra la legitimidad del presidente Hugo Chávez. Mientras que éste y su gobierno se mantenían respetuosos del marco democrático, algunos medios de comunicación, en manos de un grupo de privilegiados, continuaban utilizando toda la artillería de las manipulaciones, las mentiras y el lavado de cerebro para tratar de intoxicar la mente de la gente. En esa guerra ideológica pretendieron desesperadamente defender los privilegios de una casta y se oponían a toda reforma social y a toda distribución un poco más justa de la inmensa riqueza nacional.

El caso venezolano es paradigmático de la nueva situación internacional en la cual grupos mediáticos enfurecidos asumen abiertamente su nueva función de perros guardianes del orden económico establecido, y su nuevo estatuto de poder antipopular y anticiudadano. Estos grupúsculos no sólo se asumen como poder mediático, constituyen sobre todo el brazo ideológico de la mundialización, y su función es contener las reivindicaciones populares tratando de adueñarse del poder político y económico dice Maurice Lemoine.

La “guerra sucia mediática” librada en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez es la réplica exacta de lo que hizo, de 1970 a 1973, el periódico El Mercurio en Chile contra el gobierno democrático del presidente Salvador Allende, hasta empujar a los militares al golpe de Estado,

En la nueva guerra ideológica que impone la mundialización, los medios de comunicación son utilizados como un arma de combate. La información, debido a su explosión, su multiplicación, su sobreabundancia, se encuentra literalmente contaminada, envenenada por todo tipo de mentiras, por los rumores, las deformaciones, las distorsiones, las manipulaciones. 

adolfoparra62@yahoo.com

(*)Mgsc. Profesor. 
 
 


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Adolfo A. Parra(*)


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