El espejo de Trump

Los venezolanos siempre hemos demostrado nuestra solidaridad y cooperación con la afectación y dolor de otros pueblos del mundo; ha sido así con la oprimida Palestina, víctima del terrorismo Israelí; humanismo demostrado también recientemente, al socorrer aquellos países destrozados con el paso de huracanes por el Caribe, entre tantos. Hoy nuestra conmiseración llega al pueblo noble de los EEUU, afectado recientemente por una matanza brutal y despiadada; se acribillan a 59 personas e hieren al menos 527 seres más en manos de un compatriota estadounidense.

Enseguida hubo un manejo mediático perverso en esta noticia; donde muchos medios o las industrias y corporaciones noticiosas, lacayas a los intereses del Pentágono, quisieron endosar este macabro hecho al grupo terrorista ISIS; porque el "gobierno mártir" de Norteamérica ha sido víctima junto a su pueblo de este ataque. Esta violencia no es importada, no se puede buscar culpable en otras latitudes fuera de los EEUU. El pueblo generoso de los EEUU, está bajo la sombra de un monstruo que han estado alimentando al pasar del tiempo, y no es nada más que la industria multimillonaria de las armas, donde son vendidas a la ciudadanía, como vender plátanos.

EEUU vive su propio terrorismo interno, donde se tiene todo al alcance de la mano para lograrlo; pocas regulaciones, pocas normas, restricciones y escasos articulados en leyes, que le den un "parao" a ese desastre de comercio de armas. La muerte de 59 personas en Las Vegas el 01 de octubre del 2017, por un francotirador, nacido, crecido, educado y formado profesionalmente en ese país; demuestra cómo influye en la psiquis o conciencia del ciudadano común, un discurso amenazante, arrogante, petulante de los que gobiernan ese país.

"Siembra vientos y recogerás tempestades"; la arrogancia imperial del gobierno de los EEUU, con discursos presidenciales cargados de complejos, frustraciones, desquicios y tantas ínfulas de grandeza; ha hecho que germine el diablo en la cabeza de algunos de sus conciudadanos; obteniéndose penosas situaciones como la ocurrida en la bella ciudad de Las Vegas.

"La humanidad se está quedando sin humanismo", por culpa de presidentes como Donald Trump, quien repite el guion bélico de quienes lo antecedieron. Trump con su altivez fingida, cada vez que habla a su pueblo o a los pueblos del mundo, demuestra una "majestuosidad" acompañada de odio, con decepcionantes argumentaciones y desdichadas resoluciones; como las del pasado reciente hacia Venezuela, amenazando militarmente.

Los gobiernos de los EEUU, han exportado guerra, racismo, divisiones entre otros; han colocado bases militares en países con gobiernos serviles y rastreros. Trump en su laberinto de supremacía racista, envenena, estigmatiza, entristece, ennegrece, opaca toda posibilidad de dialogo en la Comunidad Internacional. En su portafolio de trabajo lleva acuerdos de negocios guerrerista, balísticos y misilísticospara los gobernantes compradores de violencia; representantes y presidentes de gobierno, que tienen sed de muerte y se "arman hasta los dientes", gracias a su proveedor confiable y seguro, el gobierno de los EEUU.

Necesitamos líderes en el mundo que transmitan mensajes de paz, aliento, esperanza, alegría y felicidad para los pueblos; tal como lo hizo Hugo Chávez, donde hoy todavía retumban las paredes de la ONU, con su discurso insurgente, lleno de amor, pidiendo cambios en el orden mundial, pidiendo soberanía, autodeterminación y dignidad para los pobres. Chávez clamo por la liberación del los pueblos y la prosperidad de todos.

Ojala, la vana y exagerada presunción de muchos presidentes desaparezca, para que en sus pueblos se erija la vida en concordia, armonía, la ventura y felicidad. Un mundo diferente al que estamos viviendo; y no se repitan hechos abominables como el de Orlando en su momento y ahora Las Vegas, entre otros.



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Adolfo Parra


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