Los medios de comunicación y el Vaticano

Prelados de la Iglesia Católica venezolana desacatan el mensaje de Cristo y los exhortos (homilías) y disposiciones (encíclicas) de la Iglesia Vaticana que propician y exigen que la información tiene que estar fundada en la verdad, la justicia y la solidaridad…

Se impone nuevamente divulgar estos trabajos o leyes o normas Vaticanas que nos permiten colocar sobre el tapete planteamientos de alto contenido ético, para quienes puedan dudar, con sobradas razones, de la conducta práctica de los altos jerarcas de la Conferencia Episcopal Venezolana y de unos cuantos curitas militantes activos de esa llamada “sociedad civil”, la cual  nada tiene que ver con el mensaje de Cristo y la muy clara  posición de la Iglesia Vaticana en cuanto a sostener la tesis de que la información es un derecho al bien común y por lo tanto, lo ha afirmado reiteradamente, la misma debe estar fundada en la “verdad, la justicia y la solidaridad.”

Estimamos necesario que estos documentos se conozcan a lo largo y ancho de nuestro país y más aún en estos momentos que se nos avecina un proceso electoral, donde dos modelos políticos y económicos, totalmente antagónicos, tratarán de conseguir el respaldo del pueblo. La revolución que lidera Chávez para seguir en su empeño por  encontrar de forma definitiva la justicia social para su pueblo y consolidar aún más nuestra soberanía, sobre lo cual ya ha avanzado un buen trecho y los sectores del neoliberalismo que buscan de nuevo secuestrar la patria para beneficio exclusivo de las grandes corporaciones financieras y comerciales transnacionales, en detrimento de las grandes mayorías del pueblo, tal y como las estuvieron engañando y esquilmando durante décadas, hasta 1998.

Lo que sigue es sólo un ensamblaje que hemos hecho de extractos tomados de documentos del Concilio Ecuménico Vaticano II - Inter Mirifica/1963 (1), la Encíclica Veritatis Splendor/1993 (2) y de otros muchos discursos y homilías pronunciados por el Papa Juan Pablo Segundo, en jornadas mundiales sobre las comunicaciones sociales realizadas entre 1.989 y 2004 (3), así como del catecismo de la iglesia (4) en lo referente a los medios de comunicación social y quienes asumen la responsabilidad de dirigirlos.

Nos llevó a hacer esta investigación el mayor interés porque la comunidad venezolana en general, mayoritariamente católica, conozca la posición de la más alta jerarquía eclesiástica vaticana sobre los medios de comunicación y el papel que éstos deben jugar en una sociedad de iguales, en donde impere la justicia social y la solidaridad como sólidos pilares para la construcción de la paz y su consolidación, que es el anhelo de toda la humanidad, con motivo de la persistente e incansable campaña mediática dirigida por factores de la oposición venezolana, incluyendo allí a los altos jerarcas de la CEV y algunos de sus pares del Continente Latinoamericano, de pretender imponer la matriz, tanto nacional como internacionalmente, de que Venezuela vive una sanguinaria dictadura, que persigue a sus adversarios y que mantiene una política abierta y descarada contra toda expresión libre, todo ello fundado en la manipulación, la mentira descarada y el ocultamiento de todo aquello que hable bien de la gestión del actual gobierno, cuando la realidad es otra muy distinta: nunca antes en Venezuela se había vivido en un clima donde no solamente tienen plena y total vigencia los derechos y garantías de su pueblo, sino que es tal ese clima de libertades que ha imperado en estos últimos diez años, que aquí nada pasa si un medio de comunicación aúpa abiertamente hasta el asesinato del presidente de la República, como ha sido público y notorio que ha ocurrido en varias ocasiones.

Como podemos advertirlo de las citas que hemos tratado de articular de forma coherente, correspondientes a un poco más de 40 años de acción religiosa, la posición de la Iglesia en su más alta instancia ha sido muy precisa y más allá de ello, determinante en cuando a exigirle a los legisladores, gobernantes y jueces de las naciones del mundo que se aboquen con la mayor urgencia a la implementación de una base jurídica que habilite potestades reguladoras de los medios que garanticen la obligación que tienen "de servir a la verdad y esforzarse por respetar con una delicadeza igual, la naturaleza de los hechos y los límites y los juicios críticos respecto de las personas", así como evitar caer en la difamación.

La Iglesia, obviamente, advierte sobre la necesidad de que cualquier acción que se adelante en esa dirección, deberá, en todo tiempo y circunstancia, garantizar la plena libertad de información y de opinión, garantías esas que, en nuestro caso venezolano, están perfectamente contempladas en la Ley de Responsabilidad Social en Radio y TV, la cual fue sancionada y puesta en vigor a comienzos del 2005.

Los obispos que manejan la Conferencia Episcopal Venezolana marchan por otros rumbos,  abiertamente contrarios al que, de manera sumamente clara ha seguido su más alta instancia jerárquica Vaticana en el tema de la comunicación, las funciones que deben cumplir los medios, los profesionales comunicadores en las sociedades humanas, las cuales deben y tienen que estar asidas de manera inseparable de la verdad. Juan Pablo II dijo en su Encíclica Veritatis Splendor (1993) que si alguien le pidiera que seleccionara una frase de los Evangelios, él escogería esta: “La Verdad os hará libres” (evangelio según San Juan). 

Veamos los extractos seleccionados de los documentos oficiales de la máxima autoridad de la Iglesia Católica Vaticana para que los seguidores de buena fe en nuestro país, eminentemente católico, valoren y juzguen la conducta de los obispos de la CEV:

"La comunicación, en todas sus formas, debe inspirarse siempre en el criterio ético del respeto a la verdad y a la dignidad de la persona humana."

"El extraordinario crecimiento de los medios de comunicación social y su mayor disponibilidad han brindado oportunidades excepcionales para enriquecer la vida no sólo de los individuos, sino también de las familias. Al mismo tiempo, las familias afrontan hoy nuevos desafíos, que brotan de los diversos mensajes, a menudo contradictorios, que transmiten los medios de comunicación social."

"Gracias a la expansión sin precedentes del mercado de las comunicaciones sociales en las últimas décadas, muchas familias en todo el mundo, incluso las que disponen de medios más bien modestos, ahora tienen acceso desde su casa a los inmensos y variados recursos de los medios de comunicación social. En consecuencia, gozan de oportunidades prácticamente ilimitadas de información, educación, enriquecimiento cultural e incluso crecimiento espiritual, oportunidades muy superiores a las que tenían en el pasado reciente la mayoría de las familias. Con todo, estos mismos medios de comunicación tienen la capacidad de producir gran daño a las familias, presentándoles una visión inadecuada o incluso deformada de la vida."

"Una reflexión atenta sobre la dimensión ética de las comunicaciones debe desembocar en iniciativas prácticas orientadas a eliminar los peligros para el bienestar de la familia planteados por los medios de comunicación social, y asegurar que esos poderosos medios sigan siendo auténticas fuentes de enriquecimiento. A este respecto, tienen una responsabilidad especial los agentes de la comunicación, las autoridades públicas y los padres. Los agentes de la comunicación deben conocer y respetar las exigencias de la familia. Esto supone en ellos a veces una gran valentía y siempre un hondo sentido de responsabilidad. No es tan fácil resistir a las presiones comerciales o a las exigencias de adecuarse a las ideologías seculares, pero eso es precisamente lo que los agentes de la comunicación responsables deben hacer. Es mucho lo que está en juego, pues cualquier ataque al valor fundamental de la familia es un ataque al bien auténtico de la humanidad."

"Para el recto uso de estos medios es absolutamente necesario que todos los que se sirven de ellos conozcan y llevan a la práctica en este campo las normas del orden moral. Consideren, pues, la especial naturaleza de las cosas que se difunden a través de estos instrumentos, según la peculiar naturaleza de cada uno; tengan, a la vez, en cuenta, las circunstancias o condiciones todas, es decir, el fin, las personas, el lugar, el tiempo y demás datos que entran en juego en los diversos medios de comunicación, y aquellas otras circunstancias que pueden hacer perder su honestidad o cambiarla; entre las cuales el carácter específico con que actúa cada instrumento, es decir, su propia fuerza, que puede ser tan grande que los hombres, sobre todo si no están formados, difícilmente sean capaces de advertirla, dominarla y, si llega el caso, rechazarla."

"Peculiares deberes competen a todos los destinatarios de la información, lectores, espectadores y oyentes que por su personal y libre elección reciben las informaciones difundidas por estos medios de comunicación. Pues, una recta elección exige que aquellos fomenten todo lo que contribuye a la virtud, la ciencia y el arte, y eviten, en cambio, todo lo que pueda ser causa u ocasión de daño espiritual para ellos o para otros, por el mal ejemplo que puedan ocasionarles, y lo que favorezca las malas producciones y se oponga a las buenas, lo que sucede a menudo contribuyendo económicamente en empresas que tan sólo persiguen el lucro en la utilización de estos medios."

"Muy principal deber moral incumbe, en cuanto al recto uso de los medios de comunicación social, a los periodistas, escritores, actores, productores, realizadores, exhibidores, distribuidores, directores y vendedores, críticos y demás que de algún modo intervienen en la realización y difusión de las comunicaciones; pues es de toda evidencia la trascendencia y gravedad de su cometido en las actuales circunstancias humanas, pudiendo encauzar a la humanidad al bien o al mal con sus informaciones y excitaciones."

"Misión suya es, por tanto, tratar las cuestiones económicas, políticas o artísticas de modo que no produzcan daño al bien común; para lograr esto más fácilmente, bueno será que se asocien profesionalmente -incluso si fuera necesario mediante el compromiso de observar desde el comienzo un código moral- en aquellas entidades que impongan a sus miembros el respeto a las leyes morales en las empresas y deberes profesionales."

"Recuerden siempre que la mayor parte de los lectores y espectadores está compuesta de jóvenes, necesitados de prensa y espectáculos que les ofrezcan ejemplos de moralidad y los estimulen hacia sentimientos elevados."

"Las autoridades civiles tienen peculiares deberes en esta materia en razón del bien común al que se ordenan estos instrumentos. Por virtud de su autoridad y en función de la misma, les corresponde defender y tutelar una verdadera y justa libertad de información que la sociedad moderna necesita enteramente para su provecho... Defender la religión, fomentar la cultura, las bellas artes, proteger a los destinatarios para que puedan gozar libremente de sus legítimos derechos. Por otra parte, a la autoridad civil corresponde fomentar aquellas obras y empresas que, siendo especialmente útiles para la juventud, no podrían de otro modo ser acometidas."

"La maledicencia y la calumnia destruyen la reputación y el honor del prójimo. Ahora bien, el honor es el testimonio social dado a la dignidad humana y cada uno posee un derecho natural al honor de su nombre, a su reputación y a su respeto. Así, la maledicencia y la calumnia lesionan las virtudes de la justicia y de la caridad."

"La mentira es la ofensa más directa contra la verdad. Mentir es hablar u obrar contra la verdad para inducir a error."

"La caridad y el respeto de la verdad deben dictar la respuesta a toda petición de información o de comunicación."

"El bien y la seguridad del prójimo, el respeto de la vida privada, el bien común, son razones suficientes para callar lo que no debe ser conocido, o para usar un lenguaje discreto."

"El deber de evitar el escándalo obliga con frecuencia a una estricta discreción. Nadie está obligado a revelar una verdad a quien no tiene derecho a conocerla."

"Dentro de la sociedad moderna, los medios de comunicación social desempeñan un papel importante en la información, la promoción cultural y la formación. Su acción aumenta en importancia por razón de los progresos técnicos, de la amplitud y la diversidad de las noticias transmitidas, y la influencia ejercida sobre la opinión pública."

"La información de estos medios es un servicio del bien común. La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad."

El recto ejercicio de este derecho exige que, en cuanto a su contenido, la comunicación sea siempre verdadera e íntegra, salvadas la justicia y la caridad; además, en cuanto al modo, ha de ser honesta y conveniente, es decir, debe respetar escrupulosamente las leyes morales, los derechos legítimos y la dignidad del hombre, tanto en la búsqueda de la noticia como en su divulgación."

"Es necesario que todos los miembros de la sociedad cumplan sus deberes de caridad y justicia también en este campo, y, así, con ayuda de estos medios, se esfuercen por formar y difundir una recta opinión pública. La solidaridad aparece como una consecuencia de una información verdadera y justa, y de la libre circulación de las ideas, que favorecen el conocimiento y el respeto del prójimo."

"Por razón de su profesión en la prensa, sus responsables tienen la obligación, en la difusión de la información, de servir a la verdad y de no ofender a la caridad. Han de esforzarse por respetar con una delicadeza igual, la naturaleza de los hechos y los límites y el juicio crítico respecto a las personas. Deben evitar ceder a la difamación."

"Los legisladores, los encargados de la administración del Estado y de la justicia están llamados a dar una respuesta al problema de la pornografía y de la violencia sádica difundidas por los medios de comunicación. Se han de promulgar leyes sanas, se han de clarificar las ambiguas y se han de reforzar las leyes que ya existen."

"Dadas las implicaciones internacionales que presentan la producción y distribución de material pornográfico, hay que actuar a nivel regional, continental e internacional de cara a controlar con éxito este insidioso tráfico. Las leyes y los agentes de la ley tienen el deber sagrado de proteger el bien común, especialmente el que concierne a la juventud y a los miembros más vulnerables de la comunidad."

"La autoridad civil está obligada a emprender una rápida acción de cara al problema, allí donde exista, y a emanar criterios preventivos en donde la cuestión comience a plantearse o todavía no haya llegado a ser angustiosa y urgente."

«Se ha llegado a exaltar la libertad hasta el extremo de considerarla como un absoluto, que sería la fuente de los valores (..) se ha atribuido a la conciencia individual las prerrogativas de una instancia suprema del juicio moral (..) hasta llegar a «una concepción radicalmente subjetiva del juicio moral».

Bajo otro esquema presentamos hace algunos años* este mismo trabajo y lo traemos de nuevo porque es realmente sorprendente que a pesar de todo el maravilloso mensaje que allí encontramos, vemos a unos cuantos señores conductores de la iglesia de nuestro país y de otros muchos del Continente, asumiendo, cada vez con mayor insania y odio, conductas muy a contracorriente de todo cuanto se dispone en ese material que, sin duda alguna, propicia la paz, el amor entre los seres humanos, la convivencia, la solidaridad y el respeto por la verdad, así como la garantía de que el acatamiento de los mandatos que hay en ellos en términos muy precisos, propicia la concordia y la relaciones necesarias para la construcción del mundo mejor, donde haya una verdadera justicia social...

Tengamos presente que estos documentos referidos en apretada síntesis, son parte de LEY DE LA IGLESIA CATÓLICA y en nuestro países sus “venerables” conductores los desacatan…

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(1) http://multimedios.org/docs/d000916/p000013.htm

(2) http://www.almudi.org/Inicio/tabid/36/ctl/Detail/mid/379/nid/243/pnid/0/Default.aspx

(3) http://www.vicariadepastoral.org.mx/8_compendio_doctrina_social/cdsi_15.htm

(4)  http://www.corazones.org/moral/10_mandamientos/mandamiento8.htm

(*) Originalmente esta recopilación de pronunciamientos de la Iglesia Vaticana, fue publicada en el periódico VEA y en el medio digital Aporrea, ambos el día 7 de enero de 2009.   

oliverr@cantv.net



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Iván Oliver Rugeles


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