Si agudizamos los sentidos, notaremos que la revolución y la oposición tienen algunos parecidos en el manejo de ciertos tópicos. En materia de analistas y opinadores, confieso que me tienen sin cuidado la manera como los medios opositores vienen rotando sus analistas políticos porque definitivamente no aportan nada. Su trabajo simplemente sirve a que un sector de sus seguidores “entienden” lo que son capaces de entender.
Pero justo en este asunto, los que dirigen los medios de comunicación que están con el proceso, se comportan exactamente como la otra entidad de un sistema de siameses. Al igual en que los medios privados; la otra parte de ese sistema de siameses asume casi el mismo comportamiento. Los medios privados tienen su plantel de analistas y opinadotes políticos que día a día alimentan una versión del caos y la catástrofe que sacude a la sociedad y economía venezolana. Así con el sistema medios privados tiene su plantel de de analistas que va rotando de acuerdo a las circunstancias, su otra parte (siamés) que son los medios públicos oficiales, suelen tener igualmente su plantel de analistas y muchos de estos camaradas tienen una alta responsabilidad en el gobierno y esto facilita que este otro hermanito siamés, no nos hable del caos y la catástrofe económica, pero nos coloca justo frente a una situación que luce un poco extrema y la realidad que dibujan tiene tambien cierto nivel de manipulación. No dicen todo lo que deben y tienen que decir.
A nuestros analistas y opinadotes que se rotan frecuentemente por los diferentes medios públicos, es muy difícil observarlo confrontándose o asumiendo una cierta inconformidad porque los resultados que exhibimos en algunas áreas no alcanzan los niveles de desempeño esperados. La idea se centra es responderle al otro hermanito siamés y no hay mejor respuesta para ese hermanito, que asomarle todas las cosas muy buenas que ha hecho la revolución, pero nuestro hermanito siamés es tan visceral con nosotros que el tropel de sus tripas esta tan familiarizadas con nuestras vísceras, que nos haces producir casi los mismos vientos.
No veo mucha televisión, pero si un camarada distinto a los que regularmente se rotan por lo medios públicos oficiales, se le hubiese dado una oportunidad en algún programa de opinión en esta TV nuestra, seguramente algunos de mis camaradas que son adictos al sistema, me lo hubiese comentado. No ha pasado nada extraordinario y la rotación es clara y contundente. Si le meten el ojo clínico al asunto, notaran que se percibe como una crisis de nuevos cuadros opinadotes porque están tan ausentes y se repiten los mismos, que da impresión, que el proceso se encuentra frente a un vació de ideas y críticas.
Los siameses es una realidad, pero en el proceso hay voluntades con capacidad de ser útil al sistema de medios públicos en eso de ofrecer una visión más real. Hay material intelectual para ahondar en las importantes situaciones positivas del proyectos y para detectar nudos críticos que deben desenredarse. No veo televisión, pero puedo apostar que Vladimir Acosta y Víctor Álvarez (entre otros) no han tenido la suerte de pasar en dos oportunidades en un por un programa de TV oficial.
Hay muchos intelectuales afines al proceso, que uno intuyen tienen un veto y una censura definitiva en los medios de comunicación oficiales y eso nos priva de una visión crítica de algunas situaciones que requieren ajustes. Saber que las cosas van bien es muy bueno; tener la posibilidad de mejorar las situaciones con la verdadera crítica y autocrítica, es una necesidad
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