Muchas veces los canales de televisión incurren en faltas que les hacen descender la sintonía conseguida a través del tiempo. Aló Ciudadano no ha sido un programa donde se expelan opiniones normales, verdaderas, lógicas que den un aporte social a la política venezolana buscando entre otras cosas poner un grano de arena en la disyuntiva que le atañe a un pueblo que busca la equidad y la justicia, socavadas durante años por la 4ta-R
Al programa Aló Ciudadano se le pudo aplicar durante la ausencia de Leopoldo Castillo el viejo axioma que utiliza el pueblo para comparar jocosamente una situación de la otra: “El remedio fue peor que la enfermedad”, es decir si entendemos como seres atrapados en la belleza Comunicacional a todos los niveles, no podemos ser hipócrita; “Castillo es un mediocre comunicador, pero es nuestro mediocre”. Chúo Berroterán es peor.
Entre las cosas anormales de este canal Globovisión, está el de no saber emplear a los sustitutos. Y eso es un grave pecado cuando se quiere que un espacio, fijo en la parrilla de un canal televisivo tenga cierta atracción entre los televidentes. La figura de CHUO BERROTERAN en la pantalla de plata es un atraso al medio. Devuelve al televidente a los años del Observador Creole, de Frijolito y Robustiana y otros espacios que fueron engullidos por los años.
Y eso sucede porque el señor CHUO BERROTERÁN se imagina que todo aquel que lo observa en la tv tiene entre los canales cerebrales el mismo odio que él exhala por esa boca llena de prejuicios, de burla, de parecer más a un practicante del antiguo”kachakaskán” que a un periodista objetivo y veraz, aunque eso tenga sus bemoles al pasar de profesional de la comunicación a lame suela por un salario.
El mundo del periodismo es complejo. Aunque usted no lo crea, al igual que en otras profesiones, existe el recelo y la bajeza que nunca es visible por el lector, el televidente o el radioescucha. Dar un TUBAZO enciende envidia entre algunos, no ser leído causa escozor entre otros, y fracasar es peor, cuando no se ha escogido la profesión con amor, porque para ser periodista hay que ser ESCRITOR, “escritor rápido” que indique deshojar las margaritas coherentemente y enviar las metáforas a un segundo plano.
El sustituto de Leopoldo Castillo ni siquiera retrata bien en pantalla. Es un hombre cuya presencia física facial no atrae, tomando en cuenta que en este medio “los feos no tienen fans” ni siquiera a los adoradores de películas de monstruos. Sus ademanes dejan de ser simétricos para convertirse en una montaña rusa, entre subidas y bajadas. Y el colmo: su voz, que lamentable, que falta de clase, que prosaico, que lejana a lo que debe ser un LOCUTOR, porque hablar por micrófono es un arte y CHUO tal vez no sepa que son ondas Hertzianas (ondas electromagnéticas.)BERROTERÁN al parecer desconoce para qué sirve modular (pasar de una tonalidad a otra), es decir hacer una transición oral para no darle el mismo sonido a “le metió una puñalada a que lo besó tiernamente”” y el pronunciamiento, para no escucharse tan forzosamente “fisno”, llevándose en su trajinar plurales que tendrían que ser singulares y viceversa. Le recomiendo a un gran locutor, animador, y genio de la comunicación llamado HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS, para que a él acuda in situ.
CHUO OFENDE DE GRATIS, se cree el gran filósofo, se imagina el genio que va a inventar una manguera a la que le corra el agua por fuera. En su mediocre afán de llamar la atención a sus amos del valle, pronuncia incoherencias, mentiras, blasfemias y lo peor atrapa entre sus enaneces a esa señora que lo acompaña llamada María Elena, llevando el libreto del programa a ser la parte que cuelga en los baños de bares de carreteras, cerca del retrete de agujero.
Por eso preferimos a Leopoldo Castillo, él es un hombre cuyo currículo fue aceptado por Globovisión con todas sus tachaduras de anormalidades en San Salvador, pero era lo que a ese canal golpista, le convenía porque así es como actúa un medio…cre canal AUSPICIADO POR LOS ETERNOS VENDE PATRIA.
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