Creo que es posible y sano, sentir o experimentar el deseo de ser como alguien. Ese sentimiento es como una envidia sana o más o menos sana y por ello entiendo; el deseo de uno tener las virtudes y oportunidades que ha logrado conseguir otra persona para así, tener la opción de ofrecer un aporte a un proyecto. El Yo soy Chávez, puede ser un ejemplo de esto que trato seguidamente de explicar.
Supongo que una cantidad de camaradas escritores y analistas dentro del proceso bolivariano, muy sanamente, sintieron deseos de ser como Toby Valderrama. Chávez lo leía y con mucha frecuencia y en cadena nacional, Chávez nos pedía que leyéramos siempre Un Grano de Maíz. Chávez al plantearnos la necesidad de leer siempre Un Grano de Maíz, yo reconocía que con esa insistencia, estaba diciéndonos: ahí tienen una escuela abierta y de muy fácil acceso para entender un poco el cambio que pretendemos producir en Venezuela.
No sé cuántas veces tuve la oportunidad de leer en medios distintos, un artículo de Un Grano de Maíz, que el gobierno colocaba como publicidad, porque se reconocía la necesidad de extender o expandir la onda de esta escuelita que día a día daba sus campanadas. No todo el plantel de analistas afines a la revolución tenían esa oportunidad, aunque otros y otras tenían la suerte de ver su trabajos publicados en otros medios por sus propias iniciativas, pero muy pocas veces o nunca, por una disposición de una publicidad del proceso o por instrucciones precisa de Chávez.
Este jueves, como es costumbre en mi, completé o casi completé la rutina mañanera de hacer el recorrido por páginas Web que hago todos los días. Pasé por Aporrea, Rebelión, la Jornada de México y CiudadCCs, Correo del Orinoco y en cada uno de estos medios realicé, como de costumbre mi parada obligada para revisar notas de prensa (noticias) y artículos.
Esperando el milagro de la germinación o bajo la idea que una escuela de la revolución no debe ser cancelada, hago un nuevo intento y coloco en el espacio de ventana de dirección en Internet, el enlace de Un Grano de Maíz ( http://ungranodemaiz.blogspot.com/) y vuelo a encontrarme con esta cosa tan absurda de Callar es una Opción.
Este último trabajo, ya lo he leído muchas veces y vuelvo en su lectura con la idea de tropezarme con detalles no captado hasta ahora que me permitan explicarme este asunto o intento de justificar un silencio o el cierre de una escuela de la revolución, bajo la argumentación siguiente:
Nuestra Revolución está llena de historias de los que supieron callar y también de los que no tuvieron el temple para hacerlo (..) La Revolución depende hoy de la comprensión que se tenga, de la capacidad de oír y entender el decir"
En cada una de las lecturas realizadas hasta ahora, me he visto en la necesidad de darle muchas vueltas a estas frases y he optado por convencerme que son muy profundas y he dejado la cosa hasta ahí. Este jueves, volví a releer el artículo Callar es una Opción y mientras lo iba leyendo, llegué imaginarme a un Toby Valderrama, de haber mantenido esta pequeña escuela abierta, con una cara de angustia frente a su refrigerador al verlo sin una cajita de bombones de almendra ni un chocolate de esos baratos con los cuales pasar el esfuerzo de haber producido otro grano de maíz y habernos dejado la oportunidad de fortalecer nuestra conciencia. Lo imaginé así, como diciéndose: Quién me mandó a no quedarme callado.
Hace apenas unos pocos días, escribí un par de artículos, cuyos títulos fueron. a) Un Grano de Maíz es una Tusa y b) Un Grano de Maíz y Aporrea, sin Jefes que lo Lean[i]. Mantego lo que en esa oportunidad plasmé: Un grano de Maíz es una escuela.
Mantengo lo dicho en esas dos notas, pero ahora creo, que Toby Valderrama nos debe una mejor y más sincera justificación.
[i] Pueden leerse. Un a Grano de Maíz es una Tusa http://www.aporrea.org/actualidad/a165956.html y Aporrea y un Grano de Maíz no tienen jefe que lo lean http://www.aporrea.org/medios/a167921.html
