Una comunicación espiritual

Recién celebrado el Día del Periodista, nos llama la atención con cierto alborozo el significativo aumento de medios impresos radiales y televisivos, además de los alternativos que han florecido al fragor de la revolución bolivariana y chavista. Por todas partes, vemos como han emergido nuevas posturas comunicativas que permiten mayor accesibilidad a los conglomerados y comunidades más alejadas de las principales ciudades del país.

Atrás ha quedado aquello de los grandes monopolios de la comunicación, esas casas de comunicación que se encargaban inclusive de imponer las editoriales o pautas informativas nacionales, mayormente con los objetivos claros de sus lucros, negocios e intereses particulares. Tan fuerte y pecaminoso eran estas taras sociales que llegaron a dominar el poder político y social y hasta arrodillaban a Ejecutivo para que los complacieran con algunos ministros principalmente en las carteras económicas donde se les permitían hacer y deshacer con sus oscuros negocios al margen de un pueblo noble que llegó a hasta la indignante situación de comer perrarina en algunas barriadas de Barinas.

Con la llegada de Chávez, los modelos comunicativos empezaron su paulatina y traumática transformación, donde se logró mayor participación de comunicadores populares y esto ayudó con la llegada de los avances de la tecnología moderna y sus redes sociales.

Sin embargo, todo esto que nos permite ofrecer mayor bienestar social y ampliar los espectros de la democracia, es necesario que todos nos volquemos a una comunicación espiritual, que alimente al ser en toda su dimensión apegados a valores transcendentales de la deidad y la fe que profesamos con paz y con amor.

Estoy convencido que todos, absolutamente todos los buenos hombres y mujeres de este suelo libertario, soñamos con que bajasen a cero los índices delictivos y de corrupción. Y es allí donde una comunicación atiborrada de valores espirituales por difundir servirá en grado sumo para moldear un ciudadano y ciudadana fuerte, sana y próspera que vigorice una sociedad plena de justicia social.

La exhortación es a continuar revisando “las empolvadas escrituras”, y expandir su palabra a los cuatro vientos, sus valores, su profundidad espiritual, su enseñanza, su doctrina, sus parábolas, capaz de exaltar la nobleza y el amor que hay en cada ser para construir la sociedad qué todos anhelamos.

En este “mundo al revés”, donde las principales potencias y el modelo depravador imperialista, no cesa de torcer las realidades con sus inmensas corporaciones de la comunicación, prestas a sus viles servicios, donde han justificados guerras, masacres, holocaustos, muertes, como en Irak, Libia y Síria, sólo por nombrar algunas, el periodista cada vez tiene una inmensa responsabilidad con la historia y con la humanidad.

Por eso en este pasado Día del Periodista abrazamos a todo estos hombres y mujeres talentosos que han escogido un hermoso oficio muy fructífero para la sociedad. Porque son ellos que con su valentía y honestidad profesional cada día aportan lo mejor de sí mismos para contribuir al normal y buen funcionamiento de toda la institucionalidad democrática que nos permite decir que en Venezuela existe una prensa libre y justa cada día más llena de valores humanos, sociales, pero sobre todo, espirituales y toda la grandeza que encierra.


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Geovanni Peña

Diputado a la Asamblea Nacional. Militante del PSUV.

 santanajerez@hotmail.com

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