La remembranza es a propósito de la marcha convocada para este 11 de febrero por un grupo de trabajadores de medios privados. Según ellos, la presunta falta del conocido papel periódico pone en riesgo sus puestos de trabajo y según ellos también, es el gobierno el responsable directo del supuesto desabastecimiento. En el primer caso, sin duda, hubo solidaridad automática. En el segundo, se le parece mucho con, además, un delicado añadido: solidaridad automática con el patrón como también la hubo en abril de 2002 donde todo comenzó casualmente un 11.
Seré diáfono: no creo en los convocantes a esa movilización. Jamás los he visto protestar por el sagrado derecho de la ciudadanía a disfrutar de una prensa libre de amarillismo y sensacionalismo. Muchos de ellos, por el contrario, prestan para tales fines los conocimientos adquiridos gratuitamente en universidades públicas .
Jamás los he visto marchar para defender al país ni siquiera a la Revolución- del asecho imperial. Por el contrario, algunos abiertamente muestran su clara yanquiadicción.
Nunca se han pronunciado contra la morbosa política editorial de sus medios, en torno al sádico manejo de la violencia diaria. Llegué a presenciar, en más de una ocasión, la tristeza que les inundaba el ánimo por no sumar el número de muertos suficientes para llenar una nota de sucesos.
Por esos motivos y muchos otros, jamás iría a una marcha como esa así me acusen de pisarles la manguera.
¡Chávez vivela lucha sigue!