La otra tarde (jueves 3 de abril, de 2014) en un programa vespertino de una FM caraqueña en una entrevista con Leonardo Padrón, opositor a ultranza primero, de Chávez y ahora, de Maduro, le escuché decir que la televisión no genera violencia y que nada tiene que ver con la delincuencia, y que en nada afecta la conducta de los televidentes. Vale decir que con su discurso, edulcorado y engolado pretendía ser convincente, pero uno que está en el medio, se da cuenta cuan embustero es.
La televisión, antes de la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión era considerada como recreativa. Con la Ley Resorte adquiere carácter educativo. ¡Claro! Al ser calificada como recreativa sus dueños no tenían ninguna responsabilidad de colocar espacios educativos en la parrilla de sus televisoras. Ni tampoco estaban sometidos a horarios supervisados. Por eso Ají picante en la tarde y todo ese abanico de televisión basura donde predominaba el culto a los falsos valores, el menosprecio a los actores moreno, quienes solo actuaban en las teleculebras como choferes, jardineros, porteros, cocineros o empujando la silla de ruedas del niño millonario discapacitado. O la cachifa que sufre mucho en toda la novela y cuando al final resulta la heredera millonaria enseguida terminaba la novela. O la mujer que termina enamorada de su violador.
Cómo será de influyente la tele que Chávez en poco menos de un minuto con su famoso Por ahora cambió la historia de Venezuela.
Cómo puede decir este señor que la televisión no incide en la conducta de un pueblo. Acaso no fue la TV la que indujo a las mujeres a hacerse las lolas y las nalgas aún estando sus vidas en peligro. Acaso el Miss Venezuela no es uno de los sueños de toda venezolana que se sienta bella. Hay venezolanas que por explotarse sus senos y sus glúteos son capaces de cualquier cosa. El Miss Venezuela de Venevisión cambió el formato de la belleza de la mujer venezolana. Le metió en la cabeza el prototipo Barbie.
Cómo será de atomizante la influencia de la televisión que por su afán de ganar sintonía nacional se lanzaron a proyectar las imágenes del Caracazo haciendo que en toda Venezuela la gente se lanzara a la calle copiando lo que hacían los caraqueños. Muy tarde se dieron cuenta del error.
La televisión es tan poderoso factor de empoderamiento que lo primero que hizo Carmona El Breve, a través de Enrique Mendoza, fue cerrar a VTV, con una expresión bien ofensiva, que después ha tratado de negar: ¡Esa basura que es VTV va fuera del aire! Y en la misma onda vale decir que los canales de televisión privada nunca transmitieron cuando el pueblo estaba en la calle reclamando que le devolvieran a Chávez. En lugar de ello transmitían la comiquita de Tom y Jerry, en lo que se consideró como uno de los Lock out televisivo más descarado de la historia. Porque sabían que transmitir la acción de calle del pueblo pidiendo a Chávez lo “atomizaría”. No querían correr el mismo riesgo audiovisual del Caracazo.
Y si usted Sr. Padrón quiere más ejemplos del carácter influyente de la televisión. Sólo me basta con recordarle que Aznar perdió su reelección por mentir en televisión al acusar a ETA de ser culpable del Atentado de la Estación Atocha, del metro madrileño, atentado que luego se supo fue una acción de un grupo islámico. El atentado ocurrió el 11 de marzo, de 2014, a las, 7,42 am, con un saldo de 191 muertos y 1.500 heridos. 48 horas antes esa masacre todos las encuestas daban ganador a Aznar. Tres días después le derrotaba Zapatero, candidato presidencial del PSOE, por cobero.
Un ingeniero, antes consumado comunista, hoy devenido en opositor, me contaba que el televisor de su casa tuvo dañado como tres semanas. “En ese tiempo, dijo el ingeniero, mis tres muchachitos se aprendieron un coñazo de canciones y leyeron Doña Bárbara y Canaima, de Rómulo Gallegos. Después lo mandé a reparar y se jodió la bicicleta”.
Los “Teletubbies” una comiquita británica de BBC no fue permitida en varios países porque uno de los muñequitos representaba la simbología homosexual. El mismo Tarzan es un colonizador de mierda que siendo blanco es el jefe de la selva africana, que vive en la copa de un árbol para ver a los negros desde arriba, con una esposa blanca y Boy, un chamo blanco, y cómo en toda África no había ni un solo negro inteligente el coñísimo e su madre nombro a la mona Chita como asistente. Diego de La Vega, quien se viste de El Zorro para aplicar justicia, lo vende la televisión como un buen hombre, humilde y generoso. Pero nunca le da la libertad al sordomudo Bernardo.
TINTERO
Por efecto del discurso televisivo de las comiquitas los niños venezolanos hablan muy bien. Eso se debe a que las comiquitas son traducidas al castellano por un celoso grupo de ancianos filólogos que cuidan mucho la calidad de diálogos de los comics. Asimismo hay que señalar que la musicalización de las comiquitas, al principio, era a base de Mozart, Chopan, Brand, Beethoven. Y cuando los gringos se dieron cuenta lo importante de esa determinación en cultura musical “chabacanizaron” el fondo musical de las comiquitas. Las mismas telenovelas cuartorepublicana no salían del hermano que se enamora de la esposa de su hermano; del niño riquito que le hace imposible la vida a una cachifa, que al final cuando resulta ser la dueña del billete enseguida terminaba . Cerrando. En las teleculebras cuartarepublicanas los personajes ni defecaban ni orinaban. Por eso nunca se vio un baño en ninguno de los millones de capítulos. Entonces ¿de qué televisión habla usted Sr. Leonardo Padrón?.