¡Qué tal, camarada! Un poco más relajado después de tanto terrorismo, aunque a la expectativa por las amenazas de un ataque para junio y los actos esporádicos de los locos y locas del escualidismo vivito y coleando, haré una breve nota de Aporrea.
Una vez en Caracas, casa de un familiar me comentó que estaba escribiendo en una página que apoya a Chávez y se hacen críticas; que él se metía todos los días y se había hecho fanático a los intercambios virtuales entre colaboradores: hablo de José Agapito Ramírez, ingeniero electricista, a quien agradezco me iniciara en estos avatares de la opinión.
Resulta que sí, sí es una especie de veneno que nos llena y que nos obliga a estar al tanto de lo que se publica en sus páginas. Está uno pendiente de llegar a su casa, o frente a una computadora cuando se está de viaje, para buscar en las páginas de Aporrea todas las noticias actualizadas de la Venezuela Revolucionaria.
Ah… y las opiniones de los que colaboramos, muchas veces coincidentes, otras con la divergencia propia entre gente pensante de muy distinta formación política… especialmente.
Y de escuálidos que se interesan por saber de nosotros bien para estar informados de los errores del proceso revolucionario o para fustigarnos cuando decimos verdades hirientes, o simplemente verdades, de los operadores de la IV república, hoy, según ellos, ajenos a todo lo que ocurre en nuestra Patria.
Lo que ocurrió con el tiempo democrático bobalicón es que continúo el éxodo de la provincia a la capital, que mi papá, buen caraqueño de la Pastora, comentaba, “fíjate como está llegando gente del interior” mientras señalaba a un carupanero que salía a la calle sin camisa, que no era costumbre de la capital de la república.
Y el campo abandonado y todo el mundo trayéndose a familiares y amigos a la capital, una especie de inmigración interna al estilo de los venidos de tierras del otro lado del océano o del vecino país.
Con ellos aumentaban las condiciones de miserabilidad y descuido en la formación de valores de sus humildes moradores, pendientes de subsistir en donde no hay cultivos ni ganadería, ni granjas ni ríos.
Lo que sí lograron los dirigentes de la IV república fue invisibilizarlos. Chávez y nuestra Revolución les dieron rostro y presencia, protagónica en estado incipiente por aquellos que no entendieron y por los que no han entendido que este proceso de socialista tiene el “empoderamiento del pueblo”
Bien. Me fui a mi disfrutada juventud parroquial, en estos recuerdos de mis inicios en Aporrea, que quiero mencionar fueron muy emocionantes.
Ver un escrito nuestro en una página de carácter nacional en 2006 nos llenaba de orgullo y complacencia personal por el deber de opinar cumplido. ¡Todavía nos llena!
Recuerdo que cuando no éramos tantos como hoy día la atención en Aporrea era casi personalizada y recibíamos alguna notificación de la aporreadora Josefina Mujica. Correcta y cordial.
En un aniversario de Aporrea, creo que 2007, recibí una cordial invitación de ese valioso equipo, de voz y escrito de Josefina, para el aniversario que se celebró en la Sala José Félix Ribas del Teresa Carreño.
Nos vimos las caras, conocimos a varios de los colaboradores estrellas. Interesante reunión a conciencia de que valió la pena viajar y estarse en Caracas por un par de días. No sé si hicieron otra o por lo menos no fui invitado. Lo siento.
En esa oportunidad observé cerca del escenario, parado en el extremo opuesto a mi butaca, a Mario Silva, ya no en Aporrea. Pensé que hablaría. Era nuestra estrella en contra de la acción mediática opositora, devastadora hoy día ya que no hemos podido echarles un frenazo… legalmente.
Meses antes había llevado personalmente a VTV una caricatura que les hice, tamaño como a doble carta, donde mostraba a los personajes dañinos a la Revolución expuestos a la guillotina manipulada por Mario Silva, Eileen Padrón y Néstor Francia (antes las desavenencias con Mario) cuya cuchilla es una hojilla que va directo a cortar las cabezas del Napoleón que no era Bravo, la mujer sí, de la cacatúa Marta “Colombina” y de Leopoldo “matacuras” que no llega ni a rancho.
A un lado, en “sala de espera” por corte de cabezas de la hojilla, el excubano Fausto Masó y Roberto Giusti.
La caricatura la hice en 2004 y tuve el cuidado de montarla sobre una plancha de aluminio en forma de hojilla. Una vez, extrañando algún comentario sobre la caricatura, más que Mario es caricaturista también, me comuniqué con alguien en VTV y según me pasaron a Eileen quien me informó que no la presentaron porque había alguien desnudo.
Lo arrecho es que fue premonitora del efecto del filo de La Hojilla ya que fueron guillotinados del medio televisivo cada uno de los caricaturizados, inclusive los verdugos.
En esa fecha aniversario de Aporrea alguien sentado a mi lado se paró a saludar a Mario Silva y le pedí preguntara por la caricatura. No tuve respuesta.
“Hoy rescaté una copia, de las pocas caricaturas que he guardado, y solicito y agradecería a este gran medio solidario incluirla junto a este artículo”
Finalmente, nuevamente exijo a nuestras autoridades gubernamentales, al MINCI, que tomen en cuenta las valiosas opiniones de los que acá nos esforzamos por criticar constructivamente. De haberlo hecho antes no estuvieran condenando que se hacen comentarios agresivos contra el gobierno, aunque no los comparto.
Asuntos de pasiones y estilos personales.
Feliz aniversario a todos los aporreadores mayores, a mis compañeros colaboradores y, sobre todo, a ese nuestro gran público lector que hasta tiene la consideración de enviarme correos. Incluso del extranjero.
De los que me envían los escuálidos por favor que no sean aberrantes ni amenazantes.
Anexo la caricatura mencionada.