Certero y oportuno este artículo del compañero cubano Antonio Alejo,
más en estos momentos, ya que una de las principales causas que pueden
llevar al traste con esta experiencia, es la que él señala, las
divisiones entre las diferentes tendencias existentes en este proceso,
concretamente en el gobierno y en el PSUV.
Lo comentaba hace tiempo desde el golpe empresarial y petrolero con mi
amigo chileno Osvaldo Plaza Godoy, sobreviviente que participó desde
muy joven con el chile allendista, el de la Unidad Popular que llevó a
Allende a la presidencia.
Fue sin duda la de Chile, una experiencia única en el contexto
histórico como lo es hoy la venezolana.
En efecto aquel golpe petrolero y el paro empresarial fue planeado al
mejor estilo chileno, desde chile la derecha venezolana más extremista
(COPEY) conspiró con sus aliados del pinochetismo criminal y
reaccionario. Ese golpe del 11 de abril fracasó, pero de triunfar en
Venezuela Bolivariana, hubiese traido la oscurana, el fascismo, la
muerte y el crimen político contra el pueblo y los chavistas y sus
aliados, cosa esta, que vimos ya en las primeras horas del golpe
durante los días 12 y 13 de abril. Vimos las hordas de negro del
fascismo asesino, como se lanzó a las calles de las parroquias y
barrios de caracas, con las listas de la muerte, de los que debía
asesinar. Esto ocurría durante esas horas que duró en el poder Pedro
Carmona Estanga, (alias el breve) en ese lapso fueron asesinados y
buscados en sus casas y por listas previamente elaboradas, dirigentes
populares del MVR y del partido comunista. Yo tuve el honor de estar
en esas listas de la muerte, en la Parroquia donde residía, me
señalaban como activista del chavismo, junto a otro grupo de
compañeros. Esto me regresa a recordar el gran parecido con el Estadio
chileno, y otros lugares donde la represión que desató el régimen de
Pinochet (la derecha fascista) contra el pueblo, fue brutal. Como el
asesinato de Víctor Jara, y los asesinados que en el amanecer de la
muerte flotaban río abajo, sobre las aguas del río Mapocho, el pueblo
los veía aterrorizado en medio del silencio y bajo el temor de las
alas de la muerte.
Esto era lo que esperaba a Venezuela Bolivariana y aún peor si el
golpe del 11 de abril hubiese triunfado. Pero el pueblo despertó a
tiempo el 13 de abril, y por milagro de ese pueblo, y de fuerzas
armadas leales, fue liberado el comandante presidente Chávez,
secuestrado para asesinarlo en una isla por las fuerzas golpistas del
dictador Carmona, afianzado por sus amigos de la derecha nacional y
mundial. De esta gesta heroica viene la frase popular "Todo 11 tiene
su 13"
En su momentánea euforia de triunfo y celebrando el golpe en el
palacio como un verdadero aquelarre, entre abrazos, firmas de adhesión
y decretos de autoproclamación juramentándose el mismo Carmona
presidente y aboliendo todo el estado de derecho dado por el pueblo
bolivariano, se olvidaron de la guardia de honor que custodia el
palacio, no la cambiaron ni la neutralizaron, pensando que era fiel a
los golpistas, todo lo contario estos soldados del pueblo
valientemente retoman el palacio de gobierno y apresan a los golpistas
a la voz popular que desde las puertas del palacio y de las calles y
barrios de Caracas tronadora se alzaba con más fuerza cada hora y se
extendía como reguero de pólvora, hasta las puertas del palacio de
Miraflores. "Queremos a Chávez"
Así en la madrugada del 13 el Comandante Chávez es liberado por un
grupo de militares patriotas, entre ellos se encontraba nuestro amigo,
el coronel Catalino Lagonell, (QEPD), quien fuera jefe de seguridad
del entonces comandante presidente Hugo Chávez. Aquel helicóptero que
la madrugada del 13 de abril trajo de regreso al comandante presidente
nos devolvió al pueblo su esperanza. Por es hoy decimos y con razón,
Todos somos Chávez.
Unidad, batalla y Victoria, la orden dejada por nuestros comandante
eterno y que con honor debemos cumplir, recordando aquellas sabias
palabras de nuestro libertador.
“Unidad, unidad o la anarquía os devorará”.
