Siempre se creyó que lo que dijeran y transmitieran los medios de comunicación era cierto. El manto de la certidumbre recubría todo aquello que difundiesen estos medios. El criterio de la verosimilitud también fue un elemento a considerar al calibrar los productos informativos mediáticos.
Popularmente se decía “tal cosa apareció en el periódico” ; “tal otra lo dijo la radio”, y para mayor complemento se indicaba, “y salió por la televisión”.
Por lo tanto, era verdad.
Pero, ya no es así.
El periodismo venezolano ha sufrido una penosa mutación que lo sitúa en una dimensión de incredulidad. Ya el pueblo, sabiamente, no cree en lo que dicen los medios de comunicación.
Dudas permanentes generan los contenidos que difunden.
Es como si se tratara de un medio donde la luz, al chocar allí, refractariamente reflejara imágenes contrapuestas. ¿Por qué se cultiva la mentira?
Afinales del siglo XIX, en pleno apogeo del periodismo sensacionalista, ocurrió que “aquella prensa era gritona, de colorines, amiga de lo sensacional, irresponsable, atraía al lector por cualquier medio posible.
Aprovechaba las técnicas de la redacción, de la ilustración y de la impresión, para usos pervertidos.
Transformaba el dramaverdadero de la vida en melodrama barato y deformaba los hechos cotidianos, convirtiéndolos en cualquier forma que pareciese ser la más indicada para producir ventas en la calle...” . (Emery Edwin. El periodismo en los Estados Unidos). En aquel caso el leitmotiv era el interés por las máximas ganancias económicas, y por ellas la prensa competía denodadamente.
Los intereses que mueven hoy los pasos de estos medios en el país son de otro tenor. Están tan obsesionados en contra del gobierno bolivariano y de la figura del Presidente de laRepública que sin ningún prurito asumen la mentira maquillada de verdad como válida. Noticia a noticia, hecho a hecho, paso a paso, son adulterados cotidianamente.
Grandes titulares apuntalan las falacias, pues muchas veces los textosno guardan relación con aquéllos.Hayuna construcción pormenorizada de la mentira con costuras endebles, pues al contraste queda al descubierto lo falaz de este lamentable tratamiento periodístico.
Periodista / Prof. universitaria
