Mirar un pueblo ausente de sus oficios, hipnotizados con sus responsabilidades envueltas en tareas para comenzar mañana cuando todo esto termine, me hace pensar en un mundo sin valores, sin caminos, al que le han robado todo.
Que poder tan grande han demostrado tener estos propietarios del mundo para adormecer un planeta completo, si hubiera otro con vida seguramente también estaría paralizado.
Todas las marcas de productos comerciales del mundo patrocinando la inconciencia, la brutalidad simbolizada en una guerra a patadas, para medir las fuerzas de los débiles, quitarles simpatías ante los ojos del mundo y hacer mediciones, para saber como esta funcionando su penetración maquiavélica.
Hermanos separados por intereses distintos a sus sentimientos, a sus costumbres, para vender más, narradores enfatizando el odio y las divisiones.
No puede ser que el consumismo pueda dominar tanto en un mundo donde se supone que un alto porcentaje ¡es racional!
Este punto de vista tan radical, me hace sentir aislado del resto de mis hermanos del planeta, porque no me interesa esta guerra fraticida, porque decidí un día no participar en este sanguinario circo comercial de valores; me preguntó en este silencio obligado: ¿habrá otros como yo? y si los hay ¿porque me siento tan solo?, seré la parte fracasada de mundo.
Prefiero tratar de buscar como poner fin a este desbarajuste mediático, no podemos dejar que una minoría que domina los medios destruya la conciencia de las mayorías del mundo, esa distracción mediática es deformante, habrá que encontrar los mecanismos concientes para que no influyan tanto en una población y menos si está en proceso de construcción un modelo revolucionario.
Yo no quiero participar en ese desastre mundial que a patadas arrastra la inteligencia de los pueblos del mundo, me niego a seguir a esos destructores de sueños que se apoderaron de mi fanatismo, lo convirtieron en Euros y Dólares del planeta, para construir la apología más grande que se haya imaginado humano alguno, el mal disfrazado de gol.
EL HOMBRE QUE EMPUJA recomienda multiplicar los esfuerzos; porque después que pase este terremoto futbolístico la arremetida de los apátridas va ser desesperante, porque los objetivos de los que manejan el balón es apoderarse de todo y estamos incluidos.
