¿Qué sabes tú, burro, de pasta de dientes? El nombre de Chávez, Baduel, etc., le queda muy grande a tu mentiriódico. Tú Rafael Coleto, eres la mentira, la envidia, la podredumbre cerebral ambulante, que se arrastra por unos cuantos dólares. Sí, te arrastras, porque tú, Coleto, tienes precio y barato además. Si engendraste a ese monstruo a la que llamas HIJA, no quiero entonces imaginar Coleto quiénes fueron tus padres. Definitivamente, todo tu árbol genealógico debe presentar un cuadro sicopatológico grave.
Además, tu mentiriódico basura, sobrevive por la mensualidad que recibes de la NED. Te llenas la boca de calumnias allá en Miami y luego te escondes igual como lo hace tu engendro diabólico.
Eres un cobarde Coleto. A la gallina de tu hija, quien en repetidas veces ha dicho que se va a entregar a la justicia venezolana, “todavía la estamos esperando”. ¿Será que no quiere tragarse otras olas de 5 metros?
Cuando el “democrático” Carlos Andrés Pérez te sacó del país en calzoncillos, destrozando tu oficina y lanzando tus máquinas de escribir por la ventana, impidiéndote ejercer la profesión por un buen tiempo, ¿por qué no fuistes a la SIP, ó a la OEA, ó a los canales gusanos-cubanos miameros para montar tu alaraca respectiva?
Lo cierto es que personas como tú Coleto, y tu hija, no pueden llamarse venezolanos. Deberías vender tu casa en La Floresta, tu mentiriódico, e irte a Miami para unirte a tu engendro y ser felices viviendo el American Way of Life que tanto deseas.
*Hasta mi cotorrita es chavista. Cuando le pongo mentiródicos en la jaula, los hace papelillos.