Luisana y Aporrea

Conocí a Luisana durante el proceso Constituyente. Se desempeñaba como reportera del diario El Universal. Me sorprendió su sagacidad periodística y, más que eso, el lenguaje objetivo de su crónica con sus lecturas, siempre distintas y objetivas, en el cual racional y críticamente atornillaba conclusiones que se leían entre líneas.

Me pareció una mujer intelectualmente atractiva, absolutamente respetuosa de su oficio, por cierto de muy pocas palabras. Colocaba distancia a través de su sonrisa afable. Con ella impedía que alguien diera un solo paso más allá de sus dientes blanquísimos. La he recordado varias veces en Italia. Acabo de leer su artículo "Aún sin Aporrea, la cayapa sigue" y me he vuelto a sentir en su compañía.

Aporrea es una red de divulgación de noticias y opiniones socio-políticas. Surgió en mayo de 2002 como sitio web. El 10 de abril del mismo año apareció como espacio dirigido a la articulación popular. Gonzalo Gómez, comunicador y psicólogo, fue uno de los cofundadores de esta red y aún se mantiene al frente de ella. He seguido con su carrera pública y he percibido que desde el 2009, desde aquella elección de diputados a la Asamblea, Nacional donde intentó ser parlamentario y no fue electo le quedó un resquemor que le cuesta ocultar.

Algunos afirman que a partir de ese instante sus diferencias con el PSUV fueron cada vez mayores. No me atrevo a validar estas afirmaciones, pero sí recuerdo que a mediados de 2009 leí alguna nota suya donde afirmaba que el PSUV nacía "con muchas cargas a enderezar". Aporrea, me consta, nació con una hermosa declaración a favor del gobierno de Hugo Chávez, pero todo cambia. Ahora pareciera que nada lo identifica con aquel tiempo. Hoy, a secas, es un "portal de noticias y opiniones relevantes de la política en Venezuela".

Como muchas otras personas hace unas semanas traté de ingresar a su página. Fue por los días a que hace referencia Luisana. Pulsé para ubicarla y apareció en pantalla un reporte que sorpresivamente anunció: ERROR. Fue imposible abrir su portal. Hasta ahora, que he leído la nota de Luisana, no había entendido lo del error. Me acabo de enterar lo del apagón técnico del cual fue o pudo ser objeto. Para algunos el apagón fue un hackeo deliberado.

Confieso tener desde hace algún tiempo aprehensiones con Aporrea. Por una parte, he detectado un sesgo tacto dirigido a crear un partido a costa de otro. Con la ley del menor esfuerzo. Por la otra, leo allí muchos escritos sin ortografía, ni sintaxis, promociones personales, autores con odios que poco dejan a la reflexión, lenguajes escatológicos que parecen sacados de los hígados de quien los escribe, opiniones adulantes que dan asco y resentimientos absurdos que se muerden la cola. Ojeo con agrado a Eligio Damas, Luís Brito y a Luisana entre otros. Disfruto, por lo demás, informaciones que no voy a encontrar en ninguna otra parte.

Quiero entender que la política comunicacional de Aporrea es ofrecer la mayor cantidad de libertad de expresión a sus colaboradores aun con el riesgo de caer en el libertinaje. Es su estilo. Esta palabra, igualmente me hace recordar una nota periodística sobre el suicidio de Alirio Ugarte Pelayo en la cual el periodista citó esta frase del dirigente y poeta de la vieja Venezuela: "el hombre es su estilo".

Aunque a veces me cuesta, quiero asimilar que la intención de Aporrea es no coartar la opinión de sus colaboradores y que, por tal razón, no existe la palabra CENSURA en este portal. Aporrea fue, y lo continúa siendo, una alternativa comunicacional creada para la denuncia y la crítica. Con ella se aporrea de verdad-verdad. Da acceso a grupos sociales, movimientos, partidos y hasta a unos cuantos pacientes de psiquiatras. Con sus polémicos puntos de vista Aporrea muerde a los monopolios, hace travesuras, desnuda a tirios y troyanos y también se desnuda a sí misma.

Luisana llama esta actividad "dar participación creciente a personas dispuestas a facilitar la tendencia democrática del proceso comunicacional". No sé si lo expresa exactamente como lo coloco en el entrecomillado, lo que si aseguro es que su tino de profesora y periodista define al portal como "corriente de información para dar curso a fuentes y corrientes diversas que se dirigen hacia abajo, hacia arriba y también horizontalmente".

Por cuestiones de trabajo estoy obligado a leer la mayor información posible sobre Venezuela. Aporrea me ayuda a ello con el Correo del Orinoco, otros dos diarios nacionales, Tele Sur y un portal de oposición que se identifica con el estado Yaracuy. Los consulto diariamente para tratar de formarme una idea equilibrada de lo que ocurre en el país. Tres diarios italianos y tres españoles complementan el cuadro informativo necesario para ubicar a Venezuela estratégicamente.

No es fácil armar este rompecabezas. Para completarlo debato y discuto estos temas respetuosamente con los embajadores de América Latina en Italia y con los periodistas con quienes ellos y yo trabajamos. No es para mí una angustia que cada quien tenga técnicamente la razón. Hago todo lo posible para despejar mis dudas. Rezo en mi Biblia y en la de los demás.

He visto casi todo en la vida. Gente que está en un lugar hoy y mañana en otro. Políticos y no políticos a quienes se le ven las costuras. Acontecimientos que desconciertan. Maniobras de buenos y malos pilotos. Confieso que a ratos me confundo y no tengo la certeza de saber si me muevo en vía de ruta del Comandante Chávez, pero puedo asegurar que dentro de las legítimas contradicciones que me embargan como ser humano, al igual que Luisana, disfruto hoy la alegría de que al revisar www.aporrea.org no aparezca de nuevo la palabra ERROR.



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Isaías Rodríguez

Abogado, ex Vicepresidente Ejecutivo y ex Fiscal General de Venezuela. Actual Embajador de Venezuela en Italia.


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