Ayer, luego de esperar por horas, luego de tanta incertidumbre por saber cuál era el tubazo de Mario Silva, apenas comenzó el programa y se vió “la silueta” del invitado, salté del sofá: era el Presidente Chávez. Ese molde es único. Me invadió la risa, mis teléfonos empezaron a sonar. Nadie dijo aló. Sólo habían carcajadas y las frases: “¿Viste quién es el invitado?”, “estaremos hasta las cinco de la mañana viendo La Hojilla”, “a tomar café que este programa es para rato.”
El teléfono en el estudio de la Hojilla colapsó. Se me aporreó el dedo de tanto llamar. No hubo forma de comunicarme. Este fué el programa de La Hojilla más esperado por todos los venezolanos desde hace tiempo. Ver al Presidente Chávez, sentado al lado de Mario conversando y bromeando fué genial. En los primeros minutos del progama cambiaba rapidito a NEDGloboinvención para ver la reacción de King Kong, Carla Pangola y Roland Carroña. Los rostros de estos tres se transformaron cuando vieron en la pantalla de VTV al Presidente en La Hojilla.
Comenzaron a tartamudear, gagear, toser. Les dió un corto circuito. Estaban tiesos como una tabla mientras discutían el tema de la inflación con uno de esos “y que expertos” economistas afiliados a la red del canal. Hasta el invitado tartamudeaba. Murieron y resucitaron en cuestión de minutos. Luego de un rato lograron estabilizarse. Realmente, nadie esperaba “ese tubazo”. Anoche, el ranting de La Hojilla superó todas las expectativas. Con invitados así, ¿qué podemos esperar?.