Desde su fundación en días posteriores al golpe de Estado en 2002 contra Hugo Chávez, surgió Asamblea Popular Revolucionaria (Aporrea), no sólo como medio de comunicación alternativo, sino como un portal de lucha en la vanguardia por la defensa de la democracia, la Constitución de 1999, y el proyecto bolivariano que encarnaba Hugo Chávez en aquellos tiempos.
Luego, vino hacia finales de 2002 y principios de 2003 una auténtica guerra económica que se articuló con la paralización de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), al punto que nuestra principal industria dejó de exportar crudo, intentando con ello colocar en jaque al gobierno de Chávez, quien con la ayuda del pueblo, la Fuerza Armada y sin duda de Aporrea como medio de defensa y lucha revolucionaria, se convirtieron en un oxigonio fundamental para terminar derrotando la desestabilización y el derrumbe del proyecto bolivariano.
Desgraciadamente, con el paso del tiempo, y una vez consumada la muerte de Chávez a principios de 2013, la revolución fue asaltada por seudo-revolucionarios que se infiltraron en el grupo de confianza del presidente fallecido, y entre los cuales alcanzó a llegar hasta la cúpula de esos zascandiles el propio Nicolás Maduro, quien junto con Diosdado Cabello convirtieron más de dos décadas de desarrollo económico y social, en un sexenio de corrupción, criminalidad, hiperinflación, hambre, pobreza y miseria, elementos que se conjugaron con la liquidación de los servicios públicos, destrucción del reservorio natural más grande del país con una minería irracional, y la propia quiebra de Pdvsa, que de más de 3 millones de barriles diarios que se producían en tiempos de Chávez, fue llevada hasta 1,1 millones de barriles por día.
Además de semejante crisis, Venezuela tiene en la actualidad más de 3 millones de venezolanos que han emigrado de esta hecatombe, cuya principal responsabilidad es de Nicolás Maduro quien ha logrado que la tasa oficial de cambio nos lleve a tener un salario mínimo que apenas supera los 5 dólares mensuales, o lo que es lo mismo, el más bajo del mundo, cuyos miserables ingresos se combinan con una hiperinflación que supera los 2.000.000% anual, en el medio del colapso de la educación y la salud, al punto que mientras aumenta la tasa de deserción escolar, nuestros niños y adultos mueren por falta de medicamentos en los hospitales, incluso por afectaciones estomacales e intestinas ante la contaminación del agua, porque nuestros centros asistenciales ni siquiera tienen una aspirina.
Ante esa realidad, Aporrea conforme con sus principios morales y éticos, y por supuesto de lucha revolucionaria al lado del pueblo y los trabajadores, se convirtió en una importante tribuna de denuncia ante los abusos del madurismo y, a pesar de que la mayoría de las informaciones que difunde este portal están orientadas hacia lo que el madurismo a su juicio sigue haciendo en beneficio de los venezolanos, así como más del 80% de los artículos de opinión que son publicados en este importante medio defienden al régimen de Nicolás Maduro, de manera insólita la mal llamada Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) ha comenzado a bloquear Aporrea para que sus informaciones y lecturas de opinión no puedan llegar hasta sus lectores habituales en Venezuela.
Tal acción del madurismo en contra de Aporrea demuestra el nivel de desesperación que impera en la cúpula que usurpa Miraflores, y deja claro que la mayoría en el país no los respalda, porque de lo contrario no existe ninguna justificación para que Conatel aplicando medidas propias de los regímenes totalitarios, intente silenciar una importante tribuna para la libertad de la expresión, la democracia, y los derechos del pueblo.
Es obvio, que los maduristas han perdido la sindéresis. Habría que ver si los articulistas – en especial la senectud resentida - que aún defienden este sistema neototalitario, condenan esta acción tan pueril, que en todo caso, lo único que demuestra es que tanto la Constitución como las leyes fueron convertidas en papel higiénico del madurismo para limpiar las deposiciones de la bazofia política que generan para infestar a la sociedad venezolana.
Si un régimen tiene que recurrir al silencio de programas en emisoras de radio como el caso de Cesar Miguel Rondón o periodistas en el interior del país. Censurar noticieros de televisión. Negarle el papel a los periódicos para obligarlos a cerrar. O llegar al punto de sitiar portales informativos, entre ellos el bloqueo de Aporrea, quiere decir que ni la llamada "hegemonía comunicacional" con todas sus mentiras, puede contra la verdad que se publica en el resto de los medios de comunicación.
#AporreaBloqueada en Venezuela leemos en Twitter. El desespero madurista los lleva a bloquear Aporrea. Aun así, saben que sus días en el poder están en cuenta regresiva. Burla el bloqueo contra Aporrea y otros medios a través de cualquier proxy¹ y sigue informado de la verdad. Venezuela está a punto de comenzar a escribir una nueva historia en la cual el madurismo quedará enterrado para siempre. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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