No es nada casual que grandes y "prestigiosos" medios de comunicación en el mundo como, por ejemplo, el New York Times hayan publicado durante los últimos días trabajos periodísticos con los que se pretende lavar la imagen de un gobierno ineficaz, torpe, cínico y decadente.
Para quienes nunca hacen lecturas ingenuas del contexto político, y menos aún en el ámbito de la comunicación, es evidente que detrás de toda esa propaganda encubierta hay una estrategia que busca sensibilizar a la opinión pública internacional con respecto a la supuesta satanización para invadir a Venezuela.
Por supuesto que ese plan para intentar metamorfosear la imagen de autócrata y de despiadado en los medios de comunicación, no es nada fácil, ni siquiera contando con la portentosa imaginación de Frank Kafka. Para al menos intentar ese maquillaje sería necesaria mucha audacia, mucho lobby, pero, sobre todo, muchos dólares.
El nuevo plan para humanizar y edulcorar la empobrecida imagen pública de Nicolás comenzó, entre otras tareas, con una serie de entrevistas de las que el pobre no salió bien parado a pesar de las expectativas de sus asesores. Así ocurrió con sendas entrevistas concedidas al programa Salvados del periodista español Jordi Ëvole, y con otras como la de María Elvira Salazar, que iba a ser transmitida por Fox News.
Resulta sumamente sospechoso que medios ultra conservadores que han sido sumamente críticos con el régimen, ahora estén tratando de suavizar la imagen desfigurada y maltrecha de Nicolás. Es así como en uno de los momentos más álgidos de la crisis en Venezuela el New York Time pública una investigación en la que asegura que el camión con ayuda humanitaria que debió entrar por Cúcuta fue quemado por seguidores de Guaidó y no por adeptos al madurismo.
También el articulista Kalev Leetaru, de la revista Forbes, acaba de asegurar, a propósito del apagón eléctrico que duró más de seis días, que es realmente probable un ataque cibernético de Estados Unidos al sistema eléctrico venezolano, sumándose al coro de un supuesto saboteo informático por parte del imperio norteamericano a la planta del Guri. .
A todas estas publicaciones se suma un artículo de opinión aparecido recientemente en El País, quizás el periódico más influyente en lengua española, en el que se afirma que "la estrategia de Trump de estrangular a Venezuela puede ser fatal para Guaidó".
El torbellino de la crisis política arrastra verdades y mentiras juntas. Lavarle la cara al gobierno parece ser una empresa comunicacional muy cuesta arriba, por no decir imposible. Sobre todo, cuando intentas acicalarte en un espejo que solo sirve cuando proyecta una imagen positiva de ti mismo. La obsesión por el poder, el cinismo y la mentira compulsiva han hecho de Nicolás una metáfora caótica de Venezuela. Un país que muestra una cara trágica y sin luz.
