Mambrú se fue a la guerra

La guerra económica, Trump, la injerencia estadunidense, el petróleo, la manipulación informativa, y desde hace algunos días el "ilegítimo" Juan Guaidó, son parte de los argumentos esgrimidos por el gobierno para justificar la peor tragedia que haya sufrido Venezuela en casi un siglo, hecatombe que está a punto de implosionar por la insensatez política de un grupillo.

Nadie en el alto gobierno asume la responsabilidad por la desgracia. Nadie abrió la caja roja de Pandora. Lo más fácil es inventar un culpable "esté donde esté" y "caiga quien caiga. Mientras tanto Nicolás, no muestra ni la valentía, ni mucho menos la ponderación de reconocer la arrechera de millones de hambrientos y menesterosos que son el logro más preciado de su desfachatez, y que no lo quieren ni un segundo más en Miraflores.

Pareciera que la estrategia del gobierno, muy equivocada por cierto, es ignorar por completo a esos millones de venezolanos, que a partir del 23 de enero pasado, han tomado nuevamente las calles, esta vez con mayor ímpetu y conciencia democrática, a exigir una salida a la crisis. Ahora, con la doble moral de siempre, deben decir los sempiternos defensores de la libertad de expresión: Por eso la arrechera no será televisada.

Toda esa movilización se da, entre otras cosas, aprovechando la insurgencia inesperada de un joven diputado que ha tenido la valentía de intentar encausar la impotencia, la rabia y el descontento de un ochenta por ciento de la población que literalmente se está muriendo de hambre, debido a un modelo económico fracasado, y corrupto sin precedentes en el país. Tan vulgar y descarada esa corrupción que deja a los adecos y copeyanos como bebecitos de pecho.

Nicolás no ha querido de ninguna manera aceptar la cólera de una inmensa mayoría de compatriotas que permanecieron desmovilizados por mucho tiempo, debido a la impotencia, el chantaje y el miedo, pero que hoy están decididos a inmunizarse de la peste madurista. Nefasta pandilla que se burló de las esperanzas y los sentimientos más nobles del pueblo venezolano a través de la mentira. Claro, reconocer ese descontento popular, aceleraría una caída que parece ser inminente por cualquier vía; pacífica o violenta.

El madurismo que dilapidó en una borrachera de ambición y latrocinio la popularidad heredada de Hugo Chávez, ahora está entrampado por el autoritarismo y la tozudez. Es así como en el desespero por un quiebre definitivo del estado, no les ha quedado otra más ridícula y caricaturesca que amenazar con una nueva guerra de Vietnam.

De ahí el llamado irresponsable y patriotero que le hace la nomenklatura roja a muchos ingenuos – entre ellos varios mambruses amigos míos - que dicen estar dispuestos a dar la vida, no por la Patria, que es el máximo servicio que puede prestar venezolano alguno por su país , sino por el madurismo, clan que se arrogó el derecho a liberarnos del imperialismo, cuando ni siquiera ha podido satisfacer la soberanía más preciada de cualquier pueblo como es la de no morirse de hambre.



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Jhonny Castillo

Periodista, presidente de la Fundación Lectura Crítica de Medios.

 jhocas10@hotmail.com      @heraclitando

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