Este rol de columnistas (articulistas), no es nada fácil cuando se pretende ser objetivo, porque somos víctimas de cualquiera que se sienta afectado porque alguna palabra le faltó un acento o una coma, que de repente cambie su interpretación, amén de que hay algunos que solo leen los títulos y de allí sacan una serie de conjeturas; nos sacan la madre, amenazan, persiguen, porque su agudeza mental los hace tan inteligentes que con solo leer un titulo, ya saben, hasta que el perro se metió a la casa de Juan, se orinó en la pata de la mesa y luego dejo una "caca" en la sala.
Por supuesto, siempre hay un "jala bolas", que se ocupa solo de endiosar a un determinado personaje, también conseguimos seres malvados o que aprovechan estos espacios para hacer daño, más aún en este gobierno, donde algunos dicen que hay una dictadura, pero ofenden a quien le dé la gana, los llaman delincuentes, que se robaron tal cosa, sin prueba alguna, estos casos también debemos execrarlos de nuestros medios. Hablando de dictadura mediática, recuerdo la cuarta republica, en el segundo mandato de Rafael Caldera, por un artículo que escribí, denunciando con pelos y señales la estafa cometida a una Alcaldía, en complicidad de funcionarios de ésta con una entidad bancaria, y nos mandaron a meter presos, por una presunta "Difamación", teniendo hasta copia de las fotos de micro film del banco, donde aparecían los delincuentes cobrando cheques de alta suma producto de una estafa multimillonaria; y según muchos eso si era "Democracia".
Los que escribimos con objetividad, que somos la gran mayoría, buscamos es que las cosas funcionen lo mejor posible, y si somos profesionales en algunas áreas, realizar nuestro aporte para mejorar los procesos, por ello admiro al Presidente Maduro, que al menos en mi caso, lo he vivido en carne propia, toma nuestras propuestas, las analiza y ve su viabilidad. Entre algunos de muchos casos, hace dos semanas propusimos una flexibilización de la economía, pero con controles más rigurosos, y la pasada semana el Presidente anunció que estaba en esa vía de flexibilización, exceptuando los estados fronterizos, donde se ha disparado la pandemia por casos venidos de otros países. Recuerdo con mucha satisfacción, y eso lo pueden comprobar en los registros de internet de nuestros artículos, cuando el Presidente Chávez propuso reformar la Ley del Trabajo, realizamos varias críticas constructivas en dos artículos previos a la aprobación de la Ley; luego de aprobada, observamos con mucho orgullo, que el Presidente Chávez, había acogido nuestras propuestas en favor de la clase trabajadora, situación que felicité la semana siguiente luego de publicada la actual Ley del Trabajo; estas son las cosas que nos llenan de satisfacción; los golpes y las criticas siempre las recibiremos, desde todos los sectores, pero mientras se esté favoreciendo al pueblo y estemos contribuyendo a la consolidación de la revolución nos sentimos satisfechos y bien pagados.
Muchas veces nos toca inmolarnos (Inmolar: sacrificar algo por una causa o por alguien), por el bien del colectivo, y aquellos que nos critican en algún momento se darán cuenta que lo que hicimos fue ayudarlos, porque consolidar el proceso revolucionario no beneficia a un individuo, sino al colectivo, que desde el año 98 ha estado resteado con este proceso, a pesar de los problemas que hemos venido teniendo, con ataques internos y de las grandes potencias del mundo.
La ética constituye uno de los componentes de la cultura profesional de los columnistas o articulistas. Por cultura, en sentido amplio, el término ética, se entiende como un conjunto socialmente compartido de ethos (valores, hábitos y costumbres), mos (moral: normas, reglas y códigos), doxa (impresiones, opiniones, creencias), episteme (conocimientos), actitudes (acciones generadas por ella) y objetos (monumentos, documentos, instituciones, hechos y en general manifestaciones sociales).
La opinión de los columnistas debe ser un servicio de interés colectivo, con funciones eminentemente sociales dirigidas al desarrollo integral del individuo y de la comunidad. El columnista debe participar activamente en la transformación social orientada al perfeccionamiento democrático de la sociedad; y consagrar su conciencia y quehacer profesional a promover el respeto a las libertades y a los derechos humanos.
Los Jueces para decidir un caso, analizan la verdad procesal, o sea las pruebas y elementos de convicción que tiene en un expediente; los columnistas vamos mas allá, buscamos la verdad verdadera, buscamos abrirle los ojos a quienes tienen en su competencia la toma de una decisión importante que beneficie al colectivo, sin importarnos que hasta nuestra vida personal pueda ser afectada por ello, porque cuando creemos en un proceso, nos debemos a él y al pueblo que lo sustenta.