El uso de la tecnología para callar opiniones contrarias al pensamiento occidental, no es nuevo. Ahora ni siquiera perdona a figuras de fama mundial cuyas actividades no están relacionadas con la política. Descubrimos el término "shadowban" gracias a la supermodelo estadounidense de ascendencia palestina, Bella Hadid. Una mediática mujer con 51 millones de seguidores en Instagram (@bellahadid), cuya fama y fortuna no le hacen olvidar sus raíces.
En reportaje reciente de Russian Today - RT (https://bit.ly/3McdG6p), Bella Hadid denunció que Instagram le impide publicar sus historias, sobre todo cuando sale en defensa de Palestina: "inmediatamente, me ponen bajo los efectos del «shadowban», por lo que, casi un millón menos de ustedes ven mis historias y publicaciones".
¿Qué es el Shadowban? Censura tecnológica o tecnología al servicio de la censura, ni más ni menos. Es tan "normal" que hasta Wikipedia explica de que se trata: "El baneo en la sombra (del inglés shadow ban o shadow banning) o supresión disimulada, se trata de una forma de bloqueo o restricción disimulada y generalmente provisional en redes sociales, en internet y comunidades en línea, con el propósito de ocultar contenido que sube un usuario a su cuenta mediante diferentes métodos, dependiendo del funcionamiento de cada servicio". Sería una práctica común ocultar la cuenta de un usuario, comentarios, fotografías, vídeos, en fin, cualquier tipo de contenido de modo que no sea visible para otros usuarios".
Las redes sociales a servicio de occidente practican el shadowban y otros mecanismos de control totalitario. La mayoría de las personas desconoce que ellos existan, mientras esas redes se presentan ante el mundo como las defensoras de la libertad. Cuando no censuran, actúan como policías ideológicas. Por ejemplo, la aplicación Bitly, usado para acortar links, cuando la aplicas a una publicación de RT, avisa en 5 idiomas: "La página en la que estás navegando ha sido marcada como una potencial fuente de desinformación". Lo mismo hace automáticamente Facebook, alertándote: "Este contenido pertenece a un editor que Facebook cree que puede estar parcial o totalmente bajo control editorial del gobierno ruso". Marc Zuckerberg, presidente de "Meta Platforms, Inc.", propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, nunca informará que su empresa es controlada por el Pentágono.
Semanas atrás, Facebook e Instagram fueron prohibidos en Rusia. Cuando ocurrió, los paladines de la libertad de expresión protestaron poco. Podríamos pensar que fue por "coherencia", dado el silencio absoluto que han mantenido sobre el bloqueo y la prohibición de varios medios rusos en Europa. Pero la razón es otra. Todo indica que callaron para evitar que las personas supiesen la verdadera causa que llevó a Rusia a prohibirlos: el terrorismo.
A cualquiera que le hayan suspendido su cuenta de Facebook o Instagram por alguna imagen o texto sentenciado como indebido, "le sorprenderá" que Meta, tan políticamente correcta para bloquear contenidos "inapropiados", haya decidido suspender "temporalmente" sus protocolos para permitir mensajes de odio contra Rusia. No es una interpretación interesada de nuestra parte, lo reconoció sin ningún problema moral el portavoz de Meta, Andy Stone: "Como resultado de la invasión rusa de Ucrania, hemos permitido temporalmente formas de expresión política que normalmente violarían nuestras reglas, con un discurso violento como «muerte a los invasores rusos»". Como si no bastase, el señor Andy Stone deja abierta la posibilidad futura de que puedan permitir también mensajes de odio contra todo el pueblo ruso: "Todavía no permitiremos llamados creíbles a la violencia contra los civiles rusos". Todavía …
Mientras Meta autoriza en el mundo real mensajes de odio contra Rusia, en el espacio virtual (www.meta.com) habla de su compromiso con el futuro de la comunicación: "El metaverso es la próxima evolución de la conexión social (…) por lo que estamos cambiando nuestro nombre para reflejar nuestro compromiso con este futuro". ¿Un futuro de odio y censura?
Tomemos conciencia. Ya no podemos seguir emitiendo opiniones en las redes sin antes tomar en cuenta los mecanismos que filtran, manipulan y censuran nuestra comunicación. Son tan gritantes las injusticias y arbitrariedades practicadas por el imperialismo y los gobiernos subordinados a él que no pueden convivir con las más elementales verdades. Cada vez serán más intolerantes contra los rebeldes que insistamos en contar la verdad.
Al usar Google y las redes sociales a servicio del mundo unipolar, estamos utilizando las carreteras y los vehículos construidos por ellos para preservar la situación de desigualdad e injusticia que vive el mundo. Nos tolerarán mientras escribamos mensajes domesticados o aparentemente radicales que solo le llegan a una minoría. Corrijamos eso pensando en la calidad y efectividad de lo que hacemos, sobre todo en las redes hostiles a la verdad y empecemos a usar cada vez más las redes alternativas hasta que los pueblos que construyen el nuevo mundo multipolar consigan crear vías de conectividad verdaderamente libres y sin censura. En Venezuela estamos dando nuestra contribución a esta lucha creando nuestra propia red social. Está en fase de construcción, por eso los invitamos a participar de https://venapp.com/ , haciendo las recomendaciones que crean necesarias para mejorarla y potencializarla.
La supremacía comunicacional de los imperialistas tiene pies de barro. La censura y la manipulación generalizada demuestran su debilidad. Si prohíben nuestras voces es porque ya no pueden convencer ni seguir engañando a los pueblos con espejitos de colores. Todas y todos debemos esforzarnos para construir una comunicación verdadera. La razón está de nuestra parte.