Revolucionarios mediáticos

Quiero también hacer algunos comentarios acerca del abandono de Alberto Nolia de su programa "Dando y Dando". En primer lugar, quiero decir que considero esto una lástima, puesto que a mí me gustaba mucho el programa, aunque yo le sugeriría a Nolia que dejara de usar algunos términos ofensivos como "bacalao", "medio pollo", etc., una vez que con ellos no se agrega nada de positivo a las críticas serias que él solía hacer a los enemigos de la Revolución en el programa. Pero eso es lo de menos. Lo que me ha sorprendido negativamente es constatar como una parcela de los que se sienten identificados con el proceso revolucionario parecen padecer del mismo mal que acomete a la oposición: el poder mediático. De pronto, al leer los comentarios publicados en Aporrea, uno piensa que los líderes de la Revolución Bolivariana son los conductores de programas televisivos en VTV. Algo similar a lo que pasa con la oposición, para quienes los grandes líderes son los Miguel Ángel Rodríguez, los Leopoldo Castillos, las Marta Colomina, etc. No se trata de cuestionar la calidad periodística de Alberto Nolia, de Tania Díaz ni de Walter Martínez, lo que pasa es que ellos no son los líderes de la Revolución, como parecen pensar muchos de los que han enviado comentarios a Aporrea. El simple hecho de tener la posibilidad de aparecer en una pantalla de televisor todos los días, y así penetrar a los hogares de casi todos los venezolanos, no debería transformar a nadie en líder de la Revolución. Tampoco creo que sea eso lo que están planteando Alberto Nolia y Tania Díaz, específicamente. La explicación que oí de Alberto Nolia en un programa de YVKE decía que él no había sufrido presiones de nadie para dejar sus programas, que la decisión la había tomado por su única y exclusiva cuenta. Ahora, salen algunos afirmando que Alberto Nolia no está diciendo la verdad, que tiene miedo de revelar lo que realmente ha pasado. ¡Bueno! Así, de un momento a otro, transformamos a Alberto Nolia, de un gran revolucionario que se enfrenta con coraje a todos los enemigos de la Revolución (fuera y dentro del gobierno), en un cobarde que siquiera tiene valor para revelar al pueblo los nombres de aquellos que lo están tratando de callar. La idea que estos comentarios acaban por difundir (quizás involuntariamente) es la de que no hay liderazgo en el proceso revolucionario, a no ser el liderazgo mediático. De este modo, cuando un conductor televisivo que nos gusta pierde su puesto (sea por cuál razón sea), la Revolución se encuentra amenazada, a punto de derrumbarse. Compañeros, reflexionemos, ¿sería la Revolución Bolivariana tan débil a este punto? Yo les adelanto mi opinión: seguiré deseando la vuelta de los programas de Alberto Nolia, Tania Díaz y Walter Martínez, pero, si no vuelven, mantendré mi fe en la Revolución conducida por Hugo Chávez, este sí, por el momento un líder indispensable. Ojalá que en un futuro no muy lejano la fuerza de la Revolución haya crecido tanto entre el pueblo que ni siquiera Hugo Chávez sea figura inprescindible, que él pueda ser tan solo el administrador del gran potencial de conciencia revolucionaria acumulada por el pueblo.

Saludos latinoamericanistas y bolivarianos a todos.

jairdesouza@uol.com.br





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Jair de Souza


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