La coordinación de la contraofensiva oligárquico-imperial en América Latina

El golpe de estado militar en Honduras es un claro indicador de la contraofensiva oligárquico-imperialista en América Latina, después de una década de vigorosos avances por parte de las fuerzas populares en nuestro continente. Sin embargo, este golpe no ha sido una acción aislada de los militares pro-yankis y de las oligarquías hondureñas. Ha sido, más bien, tan solo un lance en una serie de otras iniciativas perfectamente concatenadas y coordinadas, tanto a nivel regional como mundial. Vamos a exponer esto con un poco más de detalles.

Inmediatamente después de que fuera dado el golpe, los países miembros del ALBA (Alianza Bolivariana para la América) reaccionaron diplomáticamente con mucha energía en los diferentes foros internacionales existentes (OEA, CICA, UNASUR, ONU, etc.), lo que ha forzado la aprobación de condenas y sanciones unánimes al golpe de estado en todas estas instancias. Ni siquiera los Estados Unidos y los gobiernos de los países a ellos sometidos (Colombia, Perú, México, Costa Rica, Panamá) han encontrado condiciones políticas para avalar formalmente la ruptura inconstitucional ocurrida en Honduras. Pero, recuperado el aliento, el imperio se ha puesto a actuar. La primera medida ha sido tratar de ganar tiempo, hasta que se pudiera alcanzar una correlación de fuerzas más favorables a los golpistas. Para tal propósito, la jefa de la diplomacia imperial (Hillary Clinton) ha recurrido a los servicios de un vasallo tradicional (el presidente de Costa Rica, Oscar Arias), quien ya le había prestado al imperio servicios similares en la década de 1990 y, por eso, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. En un primero momento, el presidente legítimo Manuel Zelaya se dejó envolver en esta trama y perdió varios días en negociaciones estériles con los golpistas, hasta que se dio cuenta de los verdaderos propósitos de las “negociaciones”.

Al mismo tiempo, la encargada de cuestiones latinoamericanas de la cancillería del estado neonazi de Israel, Dorit Shavit, ha lanzado la acusación de que la agrupación de resistencia libanesa Hisbolah está operando bases terroristas en territorio venezolano. ¡Imagínense esto: una organización política que se enfrenta en el Líbano a la cuarta más grande potencia militar del planeta, estando en condiciones materiales infinitamente inferiores a las del estado nazi-sionista, y aun así encuentra fuerzas, recursos, hombres y disposición para desarrollar operaciones en países ubicados a muchos millares de kilómetros de donde luchan por su supervivencia! Pero, pensándolo mejor, ¿quién necesita saber que esto sería algo irracional, ilógico, inviable e irrealizable? Lo importante es repetir la mentira lo máximo posible de veces hasta que esté arraigada en la mente de los millones de personas del mundo que solo tienen acceso a las informaciones a través de los medios corporativos asociados en esta empresa (la aplastante mayoría de los medios de comunicación privados de todo el planeta). Se trataba de una medida para desviar el foco de la atención del golpe en Honduras y crear condiciones para los pasos siguientes.

Bueno, Honduras no es el único ni el principal blanco de esta contraofensiva. De ahí que vuelve a la escena la computadora del asesinado líder de las FARC, Raúl Reyes. El gobierno narcoparamilitar de Álvaro Uribe de Colombia divulga un video en el cual aparece uno de los comandantes de las FARC (Mono Jojoy) haciendo revelaciones que comprobarían que las FARC contribuyeron con recursos financieros a la campaña presidencial de Rafael Correa, en Ecuador (otro desafecto de las oligarquías y del imperialismo). ¡Justo las FARC, totalmente asediada por las fuerzas militares y paramilitares de Colombia, así como por las fuerzas estadounidenses (militares y mercenarias) estacionadas en territorio colombiano! Las FARC, que no tienen condiciones de concretar una simple llamada telefónica sin ser detectada por los sofisticados radares estadounidenses serían capaces de hacer enormes transferencias de recursos monetarios sin dejar huellas. Pero, ¡ahí está el video, por fin! Según el respetado periodista colombiano Jorge Enrique Botero, el video en cuestión no pasa de un burdo montaje. O sea, delante de centenas de personas, el Mono Jojoy dice algo así: “El gobierno narcoparamilitar de Uribe quiere crear cizaña con los gobiernos progresistas de los países vecinos y, para eso, está divulgando acusaciones como esta que voy a leer: /´Las FARC han contribuido con muchos millones de dólares a la campaña presidencial de Rafael Correa, en Ecuador´/. Esto es otra maniobra de este gobierno narcoparamilitar para tratar de justificar su política de agresión a los países vecinos y de subordinación al imperialismo estadounidense”. El gobierno de Uribe apaga la introducción y la conclusión, y ¿qué tenemos? La prueba de que las FARC han contribuido con dinero para la campaña de Rafael Correa. Claro y sencillo, ¿verdad? Ahora hay que hacer que esta parte del video sea exhibida millares de veces por todas las televisiones amigas, en este continente y en el mundo. ¿Qué mejor justificativa para la decisión de Álvaro Uribe de autorizar la instalación de otras cuatro bases militares de los Estados Unidos en Colombia, cerquita de las fronteras con Ecuador y Venezuela?

¡Vamos con calma que todavía falta mucho! De pronto, el gobierno narcoparamilitar de Colombia captura armas de origen sueco en campamentos guerrilleros de las FARC. Suecia ya ha vendido armas a Venezuela. Conclusión lógica: Venezuela ha suplido las armas a los guerrilleros de las FARC. ¡Ah, los guerrilleros también usan armas fabricadas por Israel! Además de eso, ¡ellos poseen innumerables armas fabricadas por los Estados Unidos! Entonces, vamos a emplear la misma lógica anterior: Israel y los Estados Unidos apoyan a la guerrilla colombiana y les suplen armas para sus acciones. Pero, ¡qué tontería! Israel y los Estados Unidos son países amigos de Uribe. Las armas solo pueden haber sido adquiridas en el mercado paralelo. En cuanto a las suecas, solo pueden haber sido entregadas por Venezuela, una vez que el gobierno de Venezuela nos es aliado de Álvaro Uribe. Razonamiento perfecto, ¿de acuerdo? Otra justificativa para la instalación de las bases de los Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses acusan al gobierno de Venezuela de no cooperar en la lucha contra el narcotráfico. Los Estados Unidos son los más grandes consumidores de estupefacientes en el mundo, y Colombia la más grande productora. Pero, el problema es Venezuela. En los últimos meses, las fuerzas de seguridad venezolanas han arrestado en su territorio a más de una decena de grandes capos de las mafias de narcóticos colombianas y los han entregado a las autoridades de Colombia. Miles de toneladas de cocaína hecha en Colombia han sido aprehendidas por Venezuela. Pero, extrañamente, en los Estados Unidos las organizaciones delictivas que distribuyen las drogas por todo su inmenso territorio nunca sufren golpes importantes. En Colombia, a pesar del Plan Colombia, la producción de estupefacientes viene nada más que creciendo. Pero, la culpa, ya lo sabemos, es de Venezuela, o mejor dicho, de Hugo Chávez. La verdad es que estos detalles no son nada importantes. Los medios de comunicación están aquí para dejar claro que el culpable es sin duda Hugo Chávez. ¡Y esto es suficiente!

Hemos tratado de exponer las maniobras empleadas recientemente en esta contraofensiva del imperio en contra de las fuerzas populares de América Latina. Muchas otras van a aparecer, a la medida de la necesidad de sus mentores. Debemos estar preparados.

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Jair de Souza


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