Para reflexionar colegas, antes y después del 27 de junio, Día Nacional del PERIODISTA. Debemos preguntarnos, ¿qué estamos haciendo con nuestra profesión?, ejercemos el periodismo con los valores éticos que nos enseñaron en nuestras Escuelas de Comunicación Social, se olvidó aquella prédica de algunos profesores dedicados a sus materias que sistemáticamente reiteraban lo importante que era para los futuros comunicadores tener presente el equilibrio y la ética a la hora de ejercer el oficio; columnas vertebrales para un buen profesional.
En los últimos años se ha venido deteriorando el ejercicio de la profesión del periodista, tanto es así, que hoy somos objeto de estudio en todo el mundo, ante el comportamiento sostenido y sistemático que se tuvo ante el golpe de Estado del año 2002, en el cual hubo un silencio informativo, auto censura proporcionada por los mismos medios comerciales y periodistas que pertenecían a sus nóminas. Nos enteramos de lo que sucedía en Venezuela, a través de los medios internacionales y radio Fe y Alegría.
Lamentablemente para esta fecha 2007, estamos viendo escenas mediáticas parecidas a las realidades que se vivieron hace cinco años, incitación al odio, desconocimiento del gobierno, de nuevo está en la palestra que en Venezuela no existe “Libertad de Expresión”, por el sólo hecho que se le terminó la conseción a la empresa 1BC, con más de 53 años de concedido el permiso.
Motivo este, que se ha tomado para manifestar en grande, en función que los históricos políticos tradicionales de Venezuela que estaban dormidos después de la gran derrota que sufrieron; de nuevo utilizan a los estudiantes, trabajadores y periodistas, que son colocados como carne de cañón ante la enfrenta. No hubiese querido caer en el plano político para referirme al papel de los medios y los periodistas, pero era necesario, para traer a colación el ejemplo que se practica.
El periodista se debe al público, en tal sentido su información se compromete con la imparcialidad, veracidad, oportunidad y honestidad, es por ello, que se hace un llamado de atención a todos aquellos colegas que ejercen.
No debemos olvidar que el periodista no deformará, no falseará, no alterará, no tergiversará, no divulgará o publicará material que resulte denigrante o humillante para la condición humana. Igualmente, el periodista rechazará donaciones o contribuciones que vengan de medios públicos o privados regidas a influenciar la labor informativa, tal como lo establece nuestro Código de Ética del Periodista Venezolano.
Las inclinaciones ideológicas no deben de estar presente en el ejercicio del periodista, no debemos tomar parte del asunto, no defendamos los derechos de pequeños grupos, defendamos los derechos de todos.
Los profesionales de la comunicación debemos asumir la responsabilidad principal en la defensa de los valores de la comunicación social, frente a las exigencias económicas.
Finalmente el periodista no debe imponer su opinión al lector ni influirle. Daremos a los lectores toda la información para que ellos formen sus propias opiniones. Rescatemos la ética.
niviamontero@yahoo.es