Utilizando la libertad de expresión que me confiere la patria bolivariana, voy a escribir sobre algo que he visto en los últimos días. No intento descalificar: escribo con la verdad en la cual creo y promulgo, porque papá me enseñó que, “No existe algo más pernicioso que vestirse de religioso para ir a trabajar de noche en una esquina de la avenida
“Culembe pa lo pana”
Mi hija estudia periodismo y piensa graduarse un día de algún mes de X año. Ella ha vivido toda la vida enamorada del periodismo. La descubrí un día, cuando tenía 12 años, imprimiendo una nota que decía así: “Un periodista además de tener la capacidad y la inteligencia para comunicar lo que percibe, a los demás, debe ser una persona limpia de cuerpo y conciencia, es decir: no puede vivir atada a un fanatismo de tal o cual filosofía, si es que pretende que alguien crea lo que expresa a través de sus escritos, porque el periodista que es comunista, religioso, político, burgués, o que comulga con sumisión la creencia religiosa, no es diáfano en su trabajo, pues se imagina que por el hecho de ser, digamos, católico, se siente entre los limbos de una fantasía más en la cual todos deben creer para que el mundo sea feliz” No sé que quiso decir mi hija, pero confío en ella, futura periodista de la nación del rió Orinoco rió abajo.
Marietta Santana es una periodista, la cual en años pasados, nos ataba como unos mismos penepén, a mi familia y a mí, todas las mañanas a ver un programa llamado A PUERTA CERRADA, que ella conducía. Otra de mis confesiones son, que jamás me gustó la forma como Marieta llevaba el nombrado programa. En vez de periodista, a mi me parecía que su papel ahí era el de una presentadora de chismes y diretes. Nunca alcanzó, según mi criterio, algo que me hiciera alcanzar un orgasmo de satisfacción y admiración por ella. Pero, tenía que complacer a mis hijos y a mi compañera de lucha que se desvivían por ese programa.
Después ella desapareció con el sensacionalismo, que rctv le daba como “lo máximo del periodismo”. Así ha ocurrido siempre. Igual le sucedió a Ledda Santodomingo y a otras periodistas que después que le sacaron la chicha, la enviaron a “tenteallá”. Marieta, según escuché, pues jamás me atreví a verla, trabajó en un canal, creo que se llama CMT. Estuvo de bajo perfil durante un largo tiempo. Hace poco, por casualidad de la vida, escuché sus declaraciones a un medio televisivo, dueño de unos señores tan pero tan estúpidos que dicen que aquí en Venezuela NO HAY LIBERTAD DE EXPRESIÓN, pero se dan el tupé de atacar al gobierno y al pueblo que lo eligió con todos los hierros, desde mentadas de madre hasta maldiciones y ojalá qué se mueran ¿habrase visto tal muestra de ignorancia? Bueno Marieta Santana, ya anciana, desarropada y estrangulada por el ostracismo, dijo que: “En este país, todas, todas la libertades están cercenadas” (¡¿?!) de vaina no me dio un rukiruki fatal al escuchar a la mujer que según se graduó en el año de la pera por la tarde de periodista, ¿En manos de quién está la comunicación en esta nación, señor Jesús? ¿Puede Marieta hablar así, mientras a su alrededor un grupo de fanáticos, luciendo gafas oscuras, banderas azules, BANDERA NACIONAL VOLTEADA, gritaba consignas contra un gobierno elegido democráticamente? ¿De cuál libertad habla esta dama, atapuzada la conciencia de incongruencias por el amo del rebaño, Marcel Granier? Marieta Santana no tiene raciocinio intelectual: es una anciana de barro financiada por ese villano y recontra vil enano llamado Marcel Granier.
Pero el colmo de los colmos fue cuando leí una correspondencia, en un diario llamado deportivo, donde José Visconti, sub director del mismo escribió algo más o menos así, dirigiéndose a una alcaldía que le otorgó un premio periodístico: “No puedo aceptarlo porque yo creo en Cristo y eso va contra mi”.No quiere el premio. Dice que ese premio es chimbo. Alega que tiene muy arraigados principios teológicos, porque hasta seminarista fue. Agrega que repudia a un gobierno que persigue colegas, que ataca la LIBERTAD DE EXPRESIÓN y otras monsergas. Es decir Visconti le zampa al ridículo de frente, de perfil y de “atrás”.Visconti es un carajo arropado por un manto sagrado, el cual no es vulnerable a otra cosa que no sea religiosa, porque para colmo hasta le dicen “Monseñor”, ¿ de los desestabilizadores?
Yo desde aquí, Visconti, le escribo que usted es un mega payaso. Usted que trabaja en una empresa que edita un periódico amarillista llamado (2001), una revista llamada “Pleyboy” donde a las mujeres les colocan los títulos de acuerdo al tamaño del culo y las tetas que posean, y obvian que son seres pensantes, con cerebro, capacidad intelectual, creativas y BELLAS GENUINAS, usted tiene dotes de pazguato, de simiritruki, de cabalino cuchufleta y además usted es paisano de la italiana esa que dijo que los venezolanos somos flojos: es decir, usted es un italiano de segunda…generación y como todos sabemos, el Papa vive en el Vaticano, ¿recuerda usted a Cristóforo Colombo, aquel patán genovés, hediondo a cebolla podrida que llegó con su hueste de españoletes desaseados a joder esta geografía? Usted Visconti, ¿recuerda el 12 de abril de 2002, cuando se le fue lo “dulce” del catolicismo para emitir algunas ofensas contra el gobierno nacional de Hugo Chávez? ¿Se Olvidó usted de aquella palabras bíblicas, “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, pues solemos verlo diciéndole a la gente a través de Meridiano televisión que APUESTE, QUE APUESTE, QUE APUESTE a la lotería para que GANE, PARA QUE GANE, PARA QUE GANE… No hay algo más profundamente ridículo, que un hombre que se la quiera dar de santo: eso no existe. No es posible semejante prueba de idiotez, de bolsería, de ultra enanismo masculino.
Visconti el medioevo quedó atrás. La INQUISICIÓN también. El pueblo no es tonto. ¿No ha leído usted a Marx? Visconti el hecho de poder decir esas cosas que usted coloca en la carta enviada a la alcaldía ¿no es una muestra de LIBERTAD DE EXPRESIÓN?, pues que yo sepa en ninguna dictadura eso es posible. Ustedes los sifrinos vejetes viven confundidos con la libertad de expresión, pues se imaginan en su utópico mundo de chismes hipocresía, cogedera y traición a la patria, que la misma es algo de exclusividad para las élites del este de Caracas. Deje el cascarón de la teología a un lado y ACTÚE COMO UN HOMBRE y no como un paleolítico seminarista devaluado, llena la cabeza de mierda y trivialidades. Deje los “pollitos dicen pío, pío, pío…” para los niños. Compórtese aunque sea, como ser pensante de la vieja Italia; obvie la ridiculez , que ahora los carajitos no los trae la cigüeña: vienen de “estardosunidos”.
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