La industria mediática nacional vive en una permanente puesta en escena. Como si se tratase de una obra de teatro todas las mañanas levanta el telón. Previamente ha escudriñado, cual ave de carroña, en qué vísceras puede incrustar sus garras, perforar y mostrar lo putrefacto, lo descompuesto; no importa si el horario es todo usuario o protegido. A veces, de manera grotesca, en la televisión, el ancla dice y se retracta sobre equis tema, una vez que le llega la señal en cuestión.
I Acto: Terrorismo, Farc, narcotráfico. Todo lo que genere confusión y vincule al Gobierno bolivariano con los estigmas creados por el Gobierno estadounidense se presenta como el menú favorito de espacios noticiosos y programas de opinión. El regodeo cotidiano y monotemático en el asunto de la hoja de coca condujo a esta loca derecha a incorporar a la tiesa Facultad de Farmacia de la UCV que, de manera acientífica, dice que tal hoja y la cocaína son lo mismo (!).
II Acto: Inseguridad, muertes, violencia. Se puede medir el tiempo tanto en radio y televisión como el centimetraje periodístico que estos sabuesos de la prensa ultramoderna dedican a estos temas. El tratamiento amarillista se privilegia frente a cualquier hecho.
No hay ningún prurito. Mientras más sangre haya y peor sea el suceso, mucho mejor.
III Acto: Boicot alimentario, escasez, cero regulación.
Todo lo que conspire contra la intervención del Gobierno bolivariano en la cotidianidad de la distribución alimentaria se maximiza, se privilegia en la agenda informativa. No se reconoce ninguna de las políticas implementadas por el Gobierno. Se ironiza sobre la creación de Pdval. Se miente de manera criminal cuando se dice que "la leche que está importando el Gobierno no es apta para el consumo humano".
¿Y el CNP? Bien, gracias.
IV Acto: Detonaciones, bombas, niples. Estos últimos eventos han caído como anillo al dedo para el periodismo sensacionalista y amarillista que se está practicando en el país. Cero investigación. No hay verificación de nada. Se lanzan las informaciones y se hacen imputaciones con el mayor descaro. Por cierto, esta ópera bufa desdeña una investigación seria.
Aquí se requiere una respuesta clara y rápida de los organismos policiales. Que prevalezca la verdad.
Prof. UCV