Es intenso el esfuerzo que la inmensa mayoría de los medios radioeléctricos y escritos del país hacen día a día para generar la matriz de opinión de que el gobierno es incompetente a extremos inconcebibles y además de ello arbitrario, violador de los derechos humanos, de la propiedad privada por su decidida voluntad política de exterminar el latifundio y, entre otros señalamientos, acusaciones sin prueba alguna, de ser el mayor desestabilizador de la región.
La mentira, la manipulación y el ocultamiento de la información es una constante en casi todos los medios de comunicación del país, lo que, por paradójico que parezca, les ha causado a esos medios inmensos daños económicos, simple y llanamente porque han perdido credibilidad y con ello los lectores que en épocas pasadas les garantizaban una excelente circulación. Pero no es nuestra angustia el descalabro que ha llevado a la quiebra a algunos cuantos de esos medios (Así Es la Noticia, El Globo, etcétera) o que algunos han tenido que agenciarse nuevas asociaciones para evitarlas (caso El Nacional), sino insistir en nuestra prédica de que se hace urgente e impostergable diseñar una política de Estado ágil y efectiva para contrarrestar tanta ferocidad mediática, pues a la fecha nuestro proceso revolucionario ha fallado en eso. No ha dado la talla en darse una efectiva arma comunicacional y aun cuando podamos jactarnos de decir, con toda propiedad, que quienes están detrás de esa campaña opositora falaz, ya no tienen o tienen muy poca audiencia, el asunto reviste, desde nuestra óptica, relevante importancia a la cual hay que prestarle muchísima atención, pues la misma ha sido concebida para venderla en el exterior, en donde sí es posible “crear las condiciones" para "justificar" una agresión armada contra nuestro país y de esa manera dar al traste con el gobierno revolucionario, tal y como ha ocurrido muchas veces en Latinoamérica y en otras latitudes.
Hay quienes aseguran que las condiciones objetivas del momento son las menos favorables para que Washington se atreva a dar semejante paso (fracasos en Iraq y Afganistán, así como aguda crisis económica), pero no olvidemos que históricamente han dado infinitas muestras de que sus planes de dominar y controlar el mundo no están dispuestos a dejarlos a un lado, bajo ninguna circunstancia. Han tenido que cambiar de estilos, mostrar diferentes maneras de enfrentar tal reto, pero no será posible, mientras el imperio sea tal, pensar que nuestra decisión de manejar nuestros propios asuntos de manera soberana no tendrá sobresaltos y la amenaza latente de sus esfuerzos por impedir que seamos libres. Y es por esto que una política acertada en materia de información y comunicación es una urgente prioridad.
La decisión de salir de Chávez de cualquier manera ha sido tomada desde hace mucho tiempo por el gobierno de Bush y en eso los medios que hacen oposición en nuestro país le trabajan todos los minutos del día para lograr tal objetivo. Basta con leer la prensa diaria y escuchar y ver los espacios informativos y de opinión de los canales privados de radio y televisión, en especial Globovisión, para apreciar la magnitud de tal campaña sin que podamos sentir y palpar del lado del gobierno una acción rápida para contrarrestarla y no sólo eso, sino que buscamos los portales de nuestros organismos públicos en la red para encontrar las respuestas a las grandes mentiras que nos venden como verdades y resulta que, en su totalidad y no creo equivocarme al afirmarlo, tienen un atraso que nos resulta increíble y, lo que es peor aún, las opciones interactivas que ofrecen (los llamados "links") para que los usuarios hagamos las sugerencias que estimemos necesarias o para encontrar respuestas a cuanta inquietud nos genere curiosidad o gran angustia, nadie las atiende, lo cual pone en evidencia, al menos, una total indiferencia de parte de las más altas instancias de las gerencias respectivas frente a tan fabuloso adelanto tecnológico mediático, aun cuando no hay razones para no pensar que los funcionarios encargados de atenderlas o son quinta columnas al servicio del esfuerzo desestabilizador de la oposición o, a todo evento, son unos irresponsables de marca mayor.
El Comandante Presidente ha sido reiterativo en el tema y no ha tenido empacho alguno en reconocer que en eso de comunicar y transmitir, su gobierno ha fallado enormemente. Ha reclamado públicamente a sus más inmediatos colaboradores la poca o casi ninguna iniciativa que tienen para informar sobre sus actividades y desempeños en el cumplimiento de sus responsabilidades. Ha dicho hasta el cansancio que frente a los persistentes ataques del inmenso poder mediático golpista, "nos quedamos cortos en el contraataque y no hemos sido capaces de desmontar esa avalancha de falsedades, muchas de las cuales rayan en la mayor ridiculez."
Pero al parecer esa angustia manifiesta del presidente Chávez como que no tiene eco. Todo sigue casi igual, muy pocos cambios se observan no obstante que se sustituyen funcionarios y si en verdad hay en quienes hoy en día manejan esas responsabilidades el gran interés y la voluntad para resolver de cuajo tan grave problema, tenemos la percepción de que caminan a paso muy lento.
No descartamos que la angustia que nos agobia sea la causante que nos impida, a lo mejor, apreciar en su justa medida lo que puedan estar haciendo en la dirección de superar tan tremenda falla. Pero a decir verdad, si ha habido cambios, muy poco se perciben, pues ante la campaña de desprestigio atroz que ese poder mediático ha desatado nacional e internacionalmente minuto a minuto, carecemos de medios efectivos que respondan a esos ataques con la mayor contundencia y de forma inmediata.
Es un imperativo diseñar y poner en marcha con urgencia espacios informativos y de opinión sobre sucesos nacionales e internacionales que le hagan, con audacia revolucionaria, una real y efectiva competencia a Globovisión y a CNN, monstruos gigantes que mienten sin límite todo el tiempo, porque tienen como objetivo único y específico alterar la realidad, confundir y generar la mayor zozobra para así desestabilizar el país, como paso necesario para dar al traste con nuestra revolución.
Esto lo escribimos en mayo del 2006 y como pueden corroborarlo, ni una sola de sus líneas ha perdido actualidad Todo lo que alli decimos conserva plena vigencia, aun cuando nos duela en el alma tener que reconocerlo.
oliverr@cantv.net