Hace tres semanas noté en el sitio de Internet de El Nuevo Herald, en su sección especial dedicada a Venezuela, debajo del subtítulo “ANDRES OPPENHEIMER”, una nota que decía: “Charla todos los jueves EN VIVO de 1:00 a 2:00 PM.”
La semana pasada, luego de leer una de sus más recientes producciones, le envíe al experto columnista una pregunta:
“En su artículo “Insulza y las computadoras de la FARC” usted escribe: “La pregunta del día: ¿por qué el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza no ha iniciado una investigación de la institución regional sobre los archivos de computadora verificados por Interpol que indican un activo apoyo de Venezuela y Ecuador a las guerrillas colombianas de las FARC?” Falso que los archivos fueron “verificados”. El alcance del análisis de la Interpol se limitaba a “comprobar si los archivos de usuario habían sido modificados.” De esto la Interpol no encontró “indicios”. Tanpoco se encontraron “indicios” de que el lobo feroz no violó a la abuelita de caperucita antes de comérsela. ¿Comprende? Aun en caso de que los archivos fuesen “verificados”, la misma Interpol considera que “El acceso directo puede complicar en gran medida el proceso de validación de las pruebas…” Si se leyó el famoso reporte, recuerde que “el acceso a los datos contenidos en las citadas pruebas NO se ajustó a los principios reconocidos internacionalmente…” La Interpol nunca “verificó” ningún archivo. Solo concluyó que no había “indicios” que estos fueron modificados. Si la organización policial considera que el “proceso de validación de las pruebas” pudiera ser complicado, entonces, ¿Qué fue lo que “verificaron”? De acuerdo a lo anterior, es falso (o al menos pura especulación) hablar de “los archivos de computadora verificados por Interpol que indican un activo apoyo de Venezuela y Ecuador a las guerrillas colombianas de las FARC”. Saludos…”
Pensé que lo tenía cercado. Sin embargo, su respuesta demostró el por qué Andrés Oppenheimer es considerado un “experto”:
“Elio, Interpol dijo dos cosas: que los archivos en efecto pertenecían a Raúl Reyes, el entonces No. 2 de las FARC, y que no fueron manipulados por el ejército colombiano. Entonces, lo que esta allí es lo que escribieron los líderes de las FARC. Si usted prefiere creer que los líderes de las FARC se mentían unos a otros repetidamente a lo largo de los años - como en las ocho menciones que se hacen de los 300 millones de dólares prometidos por Chávez a las FARC - puede hacerlo, pero sería un razonamiento un tanto descabellado (como si yo tuviera a acceso a sus e-mails de varios años, y pensara que eran todos una broma). Tal como lo señaló Interpol, los archivos son auténticos. Y tal como me lo señaló el decano de la facultad de derecho de American University, el experto en legislación internacional Claudio Grosman, un material como este es una prueba válida en cualquier juicio de derecho internacional, y son los inculpados - Chávez y Correa - a quienes correspondería demostrar que las aseveraciones contenidas en los archivos de las computadoras son falsos. En lugar de probar eso, Chávez y Correa se han dedicado a insultar, y a pirotecnias verbales para desviar la atención de la importancia de estos documentos.”
Sinceramente me quedé sin palabras. Cuando un “experto” refiere a otro “experto”, son ya dos “expertos”. Demasiado en contra de este humilde servidor. Me impresionó la insistencia de Oppenheimer en algo que es completamente incierto:
“Tal como lo señaló Interpol, los archivos son auténticos.”
La Interpol jamás señaló eso. Pero lo que mas me impresionó fue lo del experto en legislación internacional que considera que le corresponde a los inculpados demostrar que las aseveraciones contenidas en los archivos de las computadoras son falsas.
En cualquier país con un sistema legal establecido, sin importar el tipo de gobierno, le corresponde al inculpador demostrar la veracidad de las acusaciones. No al contrario.
Pero bueno, no es que yo me considere un “experto”.
Saludos…