Mi padre, que en paz descanse, siempre nos decía: "todo tiene solución, menos la muerte".
Frente a la problemática que presenta el sancionar a Globovisión y otros medios, convertidos en el brazo armado del Imperio, sin lugar a dudas, es lo que "están esperando" para usar como "punta de lanza" en contra del proceso revolucionario que sistematicamente se empeñan en desconocer, despreciando, como siempre lo han hecho, al pueblo que reconocemos que, en esta etapa aún de transición, ha llegado al "gobierno" mas no al "poder".
Haciendo uso del precepto Biblico, de ser: "mansos como palomas, pero astutos como serpientes".
Se me ocurre, humildemente, la siguiente proposición:
Primero:
Que se anule la sentencia que estableció, que lo sucedido en Abril, no fue un golpe de estado.
Segundo:
Que se establezca en honor a la verdad, que sí hubo un golpe de estado (y la estúpida frase de que los actores de tal hecho, "estaban preñados de buenas intenciones).
Tercero:
Mediante una sanción "moral", que quede claro ante nuestro país y el mundo,mediante confesión pública de los hechos, que los "medios de comunicación", propiciaron y participaron activamente en la conspiración terrorista.
Cuarto:
Que todos los "periodistas", que publicamente admitieron su participación, antes, durante y después de los sangrientos acontecimientos, sean sometidos a juicio, tal como se procedió (y con justicia) contra los "metropolitanos".
Quinto:
Que se sancione, como debe ser, la actuacion del Sr. Radonsnki y el Sr. López, por su participación en el golpe de estado, y por las actuaciones directas que son de público conocimiento en el arresto del entonces Ministro Chacín, el Diputado Saab y por los hechos vandálicos sucedidos en la Embajada de la República de Cuba.
Sexto:
Que se pongan a la orden de la justicia, las personas plenamente identificadas en el asalto a la Embajada de Cuba.
Septimo:
Que se extradite, a los "exilados" "maiameros-peruaneros", a todos sin excepción.
Octavo:
Que vuelvan a la cárcel los prófugos, entre ellos, el Sr. Rosales y el Sr. Peña (y muchos otros).
Noveno:
Que en un acto de contricción pública, admitan que tienen mas de diez años conspirando y planificando la caída y hasta la muerte del Sr. Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, incluyendo en dicha acción de contricción a la cúpula de la iglesia católica.
Décimo:
Que la antigua plana mayor de PDVSA, y quienes participaron en el "paro", se hagan responsables de las pérdidas sufridas por la Nación, devolviendo al Estado dólar por dólar que se perdió, mas las consecuencias de la acción terrorista.
Estos "nuevos diez mandamientos", sustituirían, una sanción que incluya el cierre parcial o total de los medios.
Además les da la oportunidad a quienes participaron en los hechos, de: arrepentirse, rectificar y restaurar (en el mejor lenguaje del Evangelio) y dar muestras a la mayoría de los que apoyamos este proyecto de gobierno, que podríamos vivir en paz, como verdaderos hermanos... de no ser así, que cierren todos los medios, y sometan a la justicia a cuanto ser abyecto, que amparándose en el título de "periodista", son verdaderos "terroristas".
Esta es la puerta a una posible paz y a un posible "diálogo", tan propiciado por Don JVR, quien al parecer, por sus últimas declaraciones, se ha dado cuenta, que es imposible dialogar y menos vivir en paz, con quien vive deseando la muerte del proceso y la muerte del pueblo que se ha propuesto ahora sí: ¡Vivir! y hacerlo en ¡Libertad!
¡Patria, Socialista o Muerte, Venceremos!