Hay que ver que algunos dirigentes de la ¡y que! oposición venezolana son unos linces para ver la menor oportunidad de alzarse con lo que no les pertenece. Claro que los “méritos” para realizar estos levantes monetarios no son sólo de ellos, que no pasarían de ser unos vulgares rateros sin la ayuda de una poderosa maquinaria controlada por unos gamonales que la mayoría de las veces mantienen un bajo perfil, con la intención de que si sus fechorías no salen como ellos las habían planeado, las culpas recaigan sobre los pendejos manipulados. Generalmente estos zamuros provienen de familias no muy bien constituidas, en las cuales fue notoria la ausencia paterna que pudiera reforzar los intentos maternos de encarrilar sus retoños por la buena senda, ya sea por no existir, simplemente, o por no preocuparse en hacerlo lo cual hizo que a la larga su aprendizaje lo realizara por su propia cuenta, junto con otros compañeros que estaban en las mismas condiciones y aprendían las mismas malas costumbres que luego conservarían y “perfeccionarían” a lo largo de sus vidas, comenzando con el aprendizaje de la mal llamada “viveza criolla” que es una forma de actuar muy particular de estos individuos que no les importa irrespetar el derecho de los demás, que constituyen mayoría, para satisfacer sus deseos en primer lugar.
Muchas veces estos individuos logran hacerse visibles a los ojos de ciertos gamonales, quienes les ven potencial para emplearlos como guardaespaldas, matones o realizar algunos “encargos” que normalmente serían rechazados por otros y a partir de allí se produce una simbiosis entre los dos individuos, aunque se da con frecuencia el caso de que esta asociación no es de carácter permanente sino que un individuo se sirve del otro mientras le convenga, pudiendo cambiar de “pareja” sin mayor problema. Esta clase de asociación se da con frecuencia en la mafia y en algunos círculos de la política, pero circunscribiéndonos tan sólo a los círculos políticos podríamos mencionar varios casos de individuos que comenzaron por los niveles más bajos de las organizaciones, únicamente dotados de los conocimientos y mañas que adquirieron en su niñez y juventud y que, progresivamente, sin haber logrado ninguna otra conquista académica o educacional llegan a ocupar posiciones relevantes al lado de los más altos dirigentes de la agrupación a que pertenecen y también de otras organizaciones, seguramente en virtud del alto grado de obediencia para participar en acciones “non sanctas” para obtener el vil metal, sirviendo de mampara a sus protectores que actúan en la sombra.
Justo en estos días saltó a la palestra uno de estos individuos,(a) cabeza’ e motor, ampliamente conocido y con expedientes abiertos en los cuerpos policiales por delitos contra la propiedad, quien se ofreció para administrar los fondos de una presunta donación pública destinada a pagar deudas de Globoterror con el Fisco Nacional, de modo que no sufran merma los capitales de los accionistas de dicha empresa y de otras cuyas actuaciones son calificadas como delictivas en contra de ese mismo “pueblo” que pretende salvarla. Yo me imagino a donde irá a parar la mayor parte de esos fondos obtenidos, pero concediéndoles el beneficio de la duda, lo dejo a la imaginación de quienes contribuyan con dicha causa y ¡que la inocencia les valga!
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