Cuando observamos los resultados de las investigaciones en torno a algunos casos de violencia y vemos la celeridad conque actúan los órganos encargados de la justicia de repente queremos creer que al fin esto está funcionando, pero cuando reflexionamos y analizamos en frío la situación, nuevamente nos asalta la duda y no podemos evitar que una traviesa pregunta llegue a nuestra mente. ¿ Será que a la justicia y demás órganos a quienes compete aplicarla no ha llegado la revolución?
Y no es por azar que lo decimos, como tampoco es por azar el título de este artículo. Vemos por ejemplo, para no meternos en los casos de 2002 y lo que chorreo después, examinemos los más recientes: el de Lina Ron y la Piedrita, muy bien que se haya aplicado la ley, porque la violencia es condenable venga de donde venga. Las ideas no se pueden matar a palos, como decía el Che. Tenemos que tener la capacidad para destrozar las ideas contrarias, pero sobre el argumento. Entonces muy bien que se castigue a la camarada Lina Ron, por haberse excedido, por haberse desviado del camino de la revolución. Que se lleve a juicio y si ha de ser condenada que se condene, nosotros solo podemos darle nuestra afecto y sin justificarla, señalar que se trata de un caso que debe ser estudiado más en profundidad, por quienes tienen en sus manos administrar la justicia, porque surge otra inquietante pregunta ¿Cuantas Lina Ron y cuantos colectivos La Piedrita se estarán incubando en Venezuela, frente a tanta impunidad? Porque ciertamente cayó el primero por el caso Globovisión: Lina Ron y su comando revolucionario. Aquí surge otra pregunta a los señores que investigan el caso ¿Cuando caerán los criminales, que sin lacrimógenas, sin pistolas, sin palos ni cabillas, cada día asesinan la inocencia de nuestras niñas, niños y adolescentes, convirtiéndolos en potenciales violentos a través del criminal ataque a su psique, con diabólicos códigos elaborados en los tanques de saberes de la CIA por los amos de quienes conducen el canal Globovisión? Conste que estos no lo hacen producto de los espasmos emocionales que provoca la impotencia, frente a la injusticia, como pudo ocurrirle a Lina Ron. No, mil veces no. Estos son sicarios de la comunicación bien pagados por el imperio, para castrar e idiotizar a su pueblo, para que sea maleable, fácil de moldear, de dominar a la hora que la bota extranjera con el apoyo de estos cipayos profane el suelo sagrado de nuestra patria. Estos señores tienen muchos más delitos para ser juzgados que Lina Ron y sus seguidores. Porque no realizan actos de violencia primitiva, que solo sirve de carne para la voracidad mediática manipuladora, no señor, estos delincuentes son traidores a la patria,que están las 24 horas atacando de diversas formas las neuronas de nuestra población y especialmente de los niños, niñas y adolescentes, el más preciado tesoro que tiene Venezuela. Lina Ron, lo hizo quizás creyendo que con su acción apoyaba una causa justa como es la Revolución Bolivariana. Las Malinches de Globovisión lo hacen de manera estudiada y calculada conscientes de lo que están haciendo, vendiendo su patria al mejor postor, en este caso al imperio norteamericano que ambiciona ponerle la bota a la Faja Petrolífera del Orinoco a las reservas gasíferas de Sucre a los inmensos reservorios de agua dulce que poseemos, así como al oro, diamante y demás riquezas de nuestro territorio. ¿Entonces señores administradores de justicia, no existe en nuestro ordenamiento jurídico un articulado que penalice la traición a la patria y los crímenes contra niñas, niños y adolescentes y pueblo en general o es que la justicia solo existe para cuando un chavista da un resbalón? ¿Será por eso que la intervención de la doctora Luis Ortega Díaz ante la AN,provocó un tumulto que hasta hizo recular a muchos parlamentarios revolucionarios, que saben que hace falta una Ley contra los delitos mediáticos, pero que temen seguir el camino de Luis Herrera Campíns? ¿Será por eso que prestos salieron algunos honorables parlamentarios rojos rojitos a hacer causa común con los escuálidos para rechazar la insinuación de la señora Fiscala?
Bueno allá ellos con su consciencia. Ahora el último caso por el cual ya cayó el primero,es el de la “agresión” a los periodistas de la Cadena Capriles. Cayó el primero, pero el primero de los satanizados por las maniobras mafiosas del editor. Porque existen evidencias, donde el privado de libertad, no está precisamente dando sino llevando de uno de los “manitas blancas” sacrosantos de la Cadena Capriles. Las primeras fotos fueron trucadas para buscar satanizar a los colegas de Ávila TV, que junto al gobierno revolucionario eran los objetivos aprobados en la asamblea editorial, donde los “manitas blancas” se comprometieron a salir a repartir los volantes en defensa de los intereses de quien les paga y de paso seguramente escenificar la trifulca frente al edificio donde Ávila TV, ocupa el 5to piso,pero que para los efectos del escándalo mediático no es un edifico comercial, donde existen diferentes oficinas y otros establecimientos, sino el institucional, sede de Ávila TV, de donde salieron “los violentos terroristas” a atacar salvajemente a las castas palomitas. ¿Entonces señores administradores de justicia. Ya cayo el primero, cuando caerán los demás? Porque según las ilustraciones allí lo que hubo fue una reyerta callejera y los honorables periodistas, participaron en ella, no fueron ajenos en ningún momento. De paso no estaban cumpliendo funciones profesionales, sino actuando como ciudadanos de una parcialidad político-partidista, así que no vengan a cobijarse con el manto de “Periodistas víctimas de la violencia chavista”. Mi vieja, que en paz descanse, tenía un dicho que repetía en casos como este: “Quien no quiera balas, no vaya a la guerra”. Así, mis queridos colegas que cuando entramos a la arena política, tenemos que saber que vamos a recibir de todo,incluyendo unos toquecitos programados, lo que ocurrió fue que les falló el crono. Nuevamente preguntamos...¿ Ya cayó el primero, cuando caerán los demás?
Periodista
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