“Misión Milagro”, la más bella demostración del mayor Socialismo del Siglo XXI

Estimados camaradas socialistas, hoy me tiene por aquí, una vez más, elogiando y elogiando las muy buenas, hermosas y tan efectivas misiones que ha impuesto nuestro gobierno revolucionario, para la ayuda y beneplácito del grupo más humilde de nuestro pueblo y hoy le toca la hora a una de las misiones más bellas y efectivas de esta revolución, como es la “Misión Milagro”, una misión que toca la mejor de las fibras de nuestro pueblo, como es la de la mejora constante de la salud de nuestra gente y en este caso, en el apartado específico de la visión.

Como a mí siempre me gusta hablar con ejemplos y casos específicos, hoy voy a traer el caso del padre de mi querido compadre, un viejito, de esos que tanto tenemos en nuestra bella patria, que ya ha logrado cumplir la digna edad de 75 años y por esos avatares de la vida, su visión comenzó a desmejorarse y a salirle las infaltables cataratas en los dos ojos, sobre todo y con mayor daño en el ojo izquierdo.

La familia de mi compadre la podríamos definir en esa dichosa y mal llamada clase social “Media Baja”, gente muy trabajadora y humilde, que tras un largo trecho de sacrificios y sufrimientos de digno y honesto trabajo, han conseguido una vida, amen de digna y moralmente excelente, pues también con una pequeña comodidad económica, ya que poseen vivienda propia, carro propio, trabajo remunerado y fijo, en el caso de mi compadre y dos muy dignas pensiones, en el caso del abuelito en cuestión.

Gracias a esta posición, cuando comenzó a sospechar de la existencia de estas cataratas, el padre de mi compadre se dirigió a la salud privada y luego de muchas idas y venidas le diagnosticaron, efectivamente, cataratas en los dos ojos y dando y dando obtuvo un presupuesto, el cual alcanzaba a la muy módica cifra de siete mil (7.000,oo) Bs.F., y eso por cada ojo, así que las dos operaciones alcanzaban, la muy escueta cifra, de catorce mil (14.000,oo) Bs.F., y aunque la posición de mi compadre no es desesperada, obviamente, como no fuera desprendiéndose de su carro o de su apartamento no podría costear esta operación, tan necesaria para su querido viejecito.

Ya que el padre de mi compadre es venezolano, pero nacido en aquellas tierras, que algunos (malamente) llaman la “Madre Patria”, (yo siempre me pregunto: ¿madre de quién?), se dirigió a ciertas instituciones de sanidad patrocinadas por el gobierno de aquellas tierras y aunque mi viejito en cuestión demostró que era nacido en aquellas tierras, demostró, claramente, que no podía costearse el coste de las operaciones, lo mejor que el sistema de salud español en Venezuela le pudo ofrecer, fue operarlo con sus médicos y su instituciones, donde nuestro viejito en cuestión lograba la escandalosa cifra de descuento de 750,oo BsF., por ojo, tras lo cual mi querido viejecito quedo como se dice, guindando y no es uva.

Cuando me puse en conocimiento del caso le recomendé a mi compadre, que llevase a su padre a la misión milagro, pero bueno, como buen clase media, mentarle una misión y mentarle la madre a mi compadre es lo mismo, pero como yo tengo muy buena relación con su padre, me contacte con él y estuvo de acuerdo de que realizásemos las gestiones pertinente y a ver que le decían, después de dirigirnos al C.D.I que está en la Av. Francisco de Miranda a la altura de petare, conocimos a un doctor oftalmólogo cirujano, CUBANO de nacimiento y muy humano de conocimiento, este se avoco al caso del viejito y a través de la “Misión Milagro”, hace ya unos días le operaron la primera de sus dos cataratas, la del ojo izquierdo, que era la más avanzada de los dos, hoy fue a una nueva consulta de control y resulta que los resultados son EXTRAORDINARIOS, quedando ya prácticamente de alta en este ojo y esperando hasta dentro de unos tres meses para la posterior operación del ojo derecho.

Hoy en día mi compadre aún sigue creyendo que los médicos cubanos son unos empíricos muy peligrosos, pero a su padre que anda más feliz que niño con juguete nuevo, con su ojo que a sus 75 años está totalmente recuperado, no solo adora a los médicos cubanos, sino que dice y a todo pulmón: VIVA la Misión Milagro.

Ya para terminar, quiero relatar un día normal en el C.D.I. en cuestión, que me tocó vivir el día de la operación de mi querido viejito, resulta que en ese C.D.I. tiene hasta quirófano, su muy buen laboratorio, su equipo de rayos X, su sistema de ecografía y todos los equipos ópticos de última generación, habían pacientes a montón, habían miles de personas entrando y buscando solución a sus problemas Y LO CONSEGUIAN, había mucha mística, enfermeras a granel, muy buena vibra y atención, solo faltaban MEDICOS, habían una cantidad de médicos CUBANOS muy bien preparados y realmente de primera, pero escasos, por ejemplo, el cirujano óptico lo van rotando entre varios C.D.I. así con el radiólogo, que solo esta una vez a la semana, porque se tiene que rotar por muchos sitios, en fin, los MEDICOS CUBANOS no alcanzan para todos los requerimientos de salud que tiene nuestro pueblo.

Quiero dejar muy en claro, que lo anterior no es una crítica, sino un llamado a la reflexión de nuestros buenos médicos, como es posible, que nuestro gobierno tenga que hacer grandes esfuerzos para conseguir médicos en la buena nación cubana y tenga que graduar nuevos médicos para cubrir esta enorme escases y nuestros médicos, los graduados de nuestras “ilustres” universidades, solo quieren trabajar en los grandes hospitales o llevar sus conocimientos al área privada, que falta de mística y lo que es peor, que falta de pueblo, porque señores, estemos muy claros, el verdadero pueblo está ahí en los C.D.I., donde día a día buscan un poco de alivio y como poder lograr que sus males se puedan solucionar.

Cuando tenemos una sociedad tan polarizada como la nuestra, donde a cada rato nuestra “insigne” oposición habla de inclusión, de que cabemos todos, de que somos un solo pueblo, pues bien aquí la tiene papita, porque no iniciar una campaña para lograr que nuestros médicos, los graduados en la UCV, por ejemplo, hagan no solo sus pasantías sino que sean médicos residentes de los C.D.I. de nuestra bella patria, eso sería la más clara demostración, por parte de los galenos, de amor por su pueblo, pero para serles muy sinceros, yo no creo para nada en ese supuesto amor por su pueblo, en fin, aquí lo importante se resume en una sola oración: “VIVA LA MISION MILAGRO”.

pito0726@hotmail.com


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Alfredo Domínguez Fernández


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