Vienen unas elecciones y hay que estar con los ojos bien abiertos porque se renuevan los ímpetu desestabilizadores. Todos los demonios salen a la palestra para decir y predecir barbaridades. Cada acto del gobierno o palabra del Presidente, por muy insignificante que parezca, se convierte para ellos en el argumento para lanzar sus dardos de odio. Como ellos a todo responden que se vaya Chávez, tampoco dudamos que es el Presidente el motivo para que ellos hablen y digan sus barbaridades. Chávez los pone a bailar al son que les toque. La falta de iniciativa, originalidad, propiedad y estilo propio los conduce a portarse como verdaderos improvisadores y dependientes del recetario del pentágono del cual no podrán desatarse. De manera que son dependientes en lo económico, en lo ideológico y en su acción. Está comprobado que no mueven un pie si no reciben orden desde el Norte, lo cual no deja de dar lástima y tristeza.
Ya verán que en estos días, como suele suceder con el recetario, la locura mediática tomará el escenario. Mientras el gobierno le sigue dando palo a los chivos del narcotráfico y descubriendo focos de desestabilización, ellos callan y aplauden a los senadores de Pinochet, que por cierto no está muerto, anda de parranda. Agarran a terroristas como Chávez Abarca y Peña Esclusa con las manos en la masa, y ellos callan. Y por si fuera poco, la jerarquía de la iglesia católica no se queda atrás y vuelve a tomar partido contra el pueblo chavista y su gobierno. Están declarados abiertamente opositores. Rancios y periclitados, como decía el de la pipa, que ven comunismo por todos lados. ¡Pobrecitos!, que nada dicen de la pederastia y el sadismo con muchachitos y muchachitas…En fin, vienen las elecciones del 26-S y se soltaron los demonios. Ojo pelao, que “están locos, enfermos y mal recetaos”, como decía un tal “Matatigre” por los lados de El Tejero.
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