Mucho hemos dicho sobre la disociación sicótica: desde aspectos vinculados a los efectos propiciados por la conspiración mediática, hasta situaciones que determinan claramente una estrategia por parte de la oposición. No obstante, cabe preguntarse ¿están exentos los medios que apoyan a la Revolución Bolivariana de producir disociados en nuestros militantes? Sería osado apresurarse con algún tipo de afirmación sobre este delicado asunto; sin embargo, veo con preocupación, como algunos de nuestros camaradas, asumen la acción política sólo desde la trinchera que nos ofrece VTV.
El tema alarma más aún cuando el presidente Chávez ha insistido en la formación integral de quienes dan vida a este complejo proceso político en el cual nos debatimos. La dinámica social no debe circunscribirse a la lógica de los medios de comunicación. Es imprescindible cada día más que los valores de la actitud revolucionaria provengan de una formación teórica y su contraste con la realidad; más no, deben provenir de inculcaciones mediatizadas donde cometemos el error en muchos casos de enfocarnos sólo en ello y olvidamos que el mundo, nuestro país, gira mucho más allá de lo que dice la cuadricula de una televisión.
Si bien es cierto nosotros en algunos casos debemos derrotar a los enemigos dentro de su propia estrategia, no debemos abusar de ello puesto que corremos el riesgo de no perfilar nuestras propias formas de lucha. El axioma: si nos atacan desde los medios, debemos atacar con los nuestros, debe tener sus límites debido a la saturación y empache que pudiéramos estar generando entre nosotros con una programación cargada de panfleto y poca información y análisis de los logros de la Revolución.
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