Ochoa Antich en la misma oscura tumba donde yace CAP

Vagamente recordábamos a este general (R) Fernando Ochoa Antich, ex ministro de la Defensa. El 4 de febrero lo vimos por televisión, en Miraflores, con una 9 mm en la mano. Disparaban contra el palacio desde el 23 de Enero y él apareció como un “digno” general dispuesto a defender la república de CAP y Cecilia Matos.

Hoy ha aparecido sin la fulana plancha en la boca diciendo: “El presidente Chávez es un gran provocador… Nadie sabía ni se imaginaba que Chávez era comunista. Nunca lo demostró”.

Los que nunca llegan a ser comunistas en este mundo es porque realmente nacieron para miserables. Con esto no quiero decir que pertenezcan a algún partido. El hombre verdadero tiene que ser comunista.

Fernando Ochoa Antich había podido colmar todas sus ambiciones en el campo militar; hijo de un honorable General quien le prestó distinguidos servicios al Presidente Isaías Medina Angarita, y lo defendió con las armas, durante el artero Golpe del 45, de los adecos; Este es un señor demasiado imbuido en los asuntos protocolares, no tenía en absoluto condiciones para asumir un cambio de valores en Venezuela, aunque muchos aseguraban que había estado comprometido la rebelión del 4-F. Nada de eso. Pronto se le vio divagar en medio de un mar de sombras que querían presentarlo como medio golpista. Tal vez, antes de pasar a retiro quiso jugar a algunas veleidades o fantasías sediciosas, pero no; carecía de ilusiones, de moral, de obsesiones bolivarianas, pasión patria esencial que lo sacara de veras de quicio. No estaba para eso. No señor. Aquí, golpistas Generales de carrera nunca los ha habido.

Ochoa Antich fue sencillamente un hombres amante de los cargos. Fue Inspector General del Ejército. Luego, Ministro de la Defensa de CAP. Considerado por sus colegas como hombres excepcionalmente blandengue. Pichón de golpista que nunca llegó a tener las gónadas del padre. Durante el golpe del 4-F, dejó que la cosa tomara cuerpo, y se acostó a dormir. No tuvo coraje para ir a hablar directamente con Chávez cuando éste tenía tomada La Planicie, en Catia.

A diferencia de lo que muchos llegaron a pensar, Ochoa Antich no estimuló ni directa o indirectamente a los jóvenes oficiales que en secreta rebeldía estaban realizando las actividades subversivas que concluyeron con el intento de golpe del 4-F. No facilitó ni promocionó nada para que prosperara un estado de descontento, ni mucho menos, al poner en libertad a los oficiales investigados, como tampoco para animarlos a que continuasen en sus propósitos sediciosos.

En el momento en que General Ochoa Antich recibe los expedientes limpios de estos oficiales por parte de los cuerpos que estaban llevando a cabo la investigación, llega y los hace retornar a sus puestos correspondientes en el trabajo profesional. El General Ochoa Antich no tenía en absoluto ninguna identificación bolivariana ni ideológica, revolucionaria o subversiva,  con los eventuales actos conspirativos de este grupo insurgente nacionalista. Ochoa Antich lo que le interesaba era mantenerse vivo con un cargo de ministro. Por eso siguió siendo ministro de Caldera (embajador en México, canciller de la República, etc.).

El 21 de noviembre de 1993, en una entrevista que se le hizo a Fernando Ochoa Antich, se le preguntó por lo dicho por el comandante Urdaneta Hernández, en el sentido de que se le ofreció conducir el golpe del 4 de febrero. Ochoa Antich respondió que él le dijo a los golpistas que a un hombre de honor no se le hacían este tipo de ofrecimientos; yo agrego: a un hombre de honor se le ofrece el Ministerio de la Defensa por donde han pasado tantos traidores a la patria y ladrones. A un hombre de honor se le ofrece ser canciller de la república de un país sin política de fronteras, con sus consulados y embajadas convertidas en verdaderos antros de mediocres, homosexuales y cobardes. A un hombre de honor se le ofrece una puta, un cargo bien remunerado, una buena comida, buenos viáticos y traslados. ¡Coño, eso a ti, Ocho Antich, se te ofreció con creces! Por eso llegaste a donde estás hoy: miserable y cobarde.

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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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