Las fuerzas opositoras y fascistas han trazado su estrategia para el 2011: evitar que en Venezuela haya gobernabilidad, “ir por Chávez” e impedir las elecciones presidenciales de 2012.
Los EEUU orientan a la oposición en esa dirección, financian con millones de dólares a medios de comunicación, partidos y organizaciones. Los EEUU han puesto al servicio de la oposición todos los laboratorios de guerra psicológica y “propaganda negra”, que trabajan clandestinamente en el país, coordinados por el Comando Sur y sus equipos especiales, y a éstos se ha subordinado todo el aparato mediático de la burguesía.
El acto de agravio a la nación efectuado por el dueño de Globovisión es de traición a la patria; por lo tanto, la acción del Gobierno Revolucionario debe ser radical, expropiar la televisora o revocarles de inmediato, de oficio, la concesión para la utilización del espectro radioeléctrico, y establecer las medidas que les prohíba que su señar, pueda salir por cable, Internet o por satélite.
Otra medida radical es obligar a las operadoras de televisión por cable y satélite a transmitir las cadenas y cualquier tipo de campaña que realice el Gobierno Bolivariano, debe ser obligatorio para cualquier señal que se vea en territorio venezolano, sin costos para el Estado, además de someterlas a la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión.
“Si la Revolución Bolivariana no desarma a los contra revolucionarios revocando algunas concesiones de radio y televisión, ya, ¡mañana será muy tarde!, seguiremos siendo rehenes de la “libertad de expresión burguesa”, esa que promovió y participó en un golpe de estado del 11 de abril de 2002 y llama al magnicidio”
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