Hay una actitud en los escuálidos que constantemente nos mueve a risa y la
cual quisiéramos destacar en esta oportunidad, para deleite de nuestros
lectores.
Nos referimos a esas posiciones de intelectuales de nuevo cuño que asumen y
con las cuales pretenden mostrarse con un nivel de conocimientos e
inteligencia superior al promedio de los venezolanos, especialmente de los
chavistas. Difícilmente exista un compatriota que no haya vivido una
experiencia con un escuálido, en la cual éste se haya referido a los
chavistas y a los humildes como brutos, ignorantes y por supuesto incultos.


Nadie puede convencerlos de que no son ni superiores ni más inteligentes,
pues se requiere de algo de cerebro para entender eso. No es esa, entonces,
nuestra intención. Lo que pretendemos es demostrarle a usted, amigo lector,
cuan imbécil esa actitud a fin de evitar que usted se contamine.
Basta una simple revisión de la actitud de la masa escuálida ante las
matrices de opinión que desarrollan en los medios de comunicación; del
apoyo visceral que dan a algunos dirigentes y del acatamiento de las
directrices que trazan sus líderes, para poner en duda su convicción de que
son medianamente inteligentes.

De hecho, pregonar una supuesta superioridad e inteligencia, con base a una
posición política es una demostración de que algo no funciona bien en esos
cerebros; pero veamos por qué afirmamos que no son más que unos seres
manipulados (por falta de inteligencia) a su antojo por unos políticos y
unos “periodistas” tan incultos y fanáticos como ellos mismos.

Cómo explicar por ejemplo que millones de escuálidos hayan dejado de ir a
ejercer su derecho al voto, simplemente porque unos políticos de pacotilla
hayan afirmado que con las “captahuellas” podría conocerse por quién votó
cada elector. ¿Es esa actitud una demostración de inteligencia? Dígalo
usted.

¿Cómo definir la posición asumida por millones de escuálidos, que se
negaron a recibir bombillos ahorradores de energía, de forma gratuita,
porque sus dirigentes les informaron que los mismos estaban provistos de
una cámara, a través de la cual Fidel Castro los expiaría desde Cuba?...
¡No queremos ser tan inteligentes!

¿Puede ser definido como inteligente o culto alguien que es capaz de darle
su voto a un analfabeto funcional como Manuel Rosales, sólo por votar
contra Chávez? Gracias a Dios fracasaron, porque sino hoy seríamos el
hazme reír de la comunidad internacional, con un presidente diciendo día
tras día barbaridades y estupideces... ¿Recuerda su brillante demostración
de cultura e inteligencia al afirmar que Margarita es una isla rodeada de
agua por todas partes?

¿No ha visto usted, amigo lector, a todos esos escuálidos que defienden la
inocencia de Mazuco y su derecho a ser vicepresidente de la Asamblea
Nacional?
¿Cómo les consta que es inocente? ¿En que se basan para asegurar que las
pruebas y los testigos son falsos?
Su inteligencia no da para preguntarse por qué todos los escuálidos
acusados de corrupción, acaparamiento, asesinato, robo, tráfico de drogas y
algunos otros delitos son siempre inocentes y los chavistas siempre
culpables.

Si les hicieron creer que la Misión Robinson era dañina para el país; que
Mercal vendía arroz con coquito y leche sin calcio; que las escuelas
públicas y privadas iban a ser asaltadas por los concejos comunales, que el
viaducto se caería con el primer carro que lo cruzara; que el satélite
Simón Bolívar se precipitaría a tierra en dos semanas; que los puentes
sobre el río Orinoco los construyeron en la cuarta república y, entre otras
cosas, que el Cardiológico Infantil no existe, ¿por qué siguen creyendo en
quienes le mienten reiteradamente?. ¿Es eso ser inteligente?

Podríamos escribir mil páginas sobre las demostraciones de inteligencia del
escualidismo, pero se nos acaba el espacio. Culminamos esta nota resaltando
esa brillante demostración de inteligencia que hacen a diario, afirmando
que con la elección de los diputados a la asamblea Nacional se demostró que
son mayoría.

¡Dios nos libre de ser tan inteligentes!


arellanoa@pdvsa.com