Si por ellos fuera le pusieran una venda a cada venezolano. Los cegara para siempre.
No quieren que sepa que aquí hubo una grandiosa lucha con la que logramos la independencia y que al Padre de la patria lo mataron los oligarcas.
Que lo dejaron solo, que celebraron su muerte, que lo desterraron, y que ni muerto le permitían volver a Caracas.
No quieren que sepan cómo fue que mataron a Sucre y por qué.
No quieren que se diga que Páez en vida nunca conmemoró ni el nacimiento ni la muerte de Sucre.
Que Páez odiaba a Sucre por las mismas razones por las que odió a Bolívar.
Y que sobre todo esos escombros de miserias, se generó un espantoso engaño.
A los opositores les produce pánico el que nuestros hijos lleguen a saber cómo vivían aquí los pobres.
Cómo fue que los pobres llegaron a poblar los cerros de Caracas.
Cómo se desplazaron arrastrados desde los campos, sigilosos, como sombras, hacia los ranchos.
Y cómo llegaron a comer comida para perros.
No quieren los opositores que sepamos que aquí cada semana se mataba estudiantes en manifestaciones casi diarias.
Cómo se allanaba universidades y se cerraban durante años.
Que aquí se arreaban hacia las cárceles a los jóvenes, por manadas, para aplicarles la Ley de Vagos y Maleantes.
Cómo el pueblo se llegó a volver indigente, e iba por las calles implorando limosnas.
Y había elecciones.
Sí, había elecciones entre demenciales borracheras.
Y no se elegía.
Sencillamente se votaba.
Y el pueblo nunca llegó a conocer a sus gobernantes.
Y los hospitales eran mataderos a donde llevaban al pueblo como reses, como cochinos.
Y millones de niños sin escuelas se echaban a mirar el mundo desde los muladares.
La vida, el amor, la patria, sin rumbos.
La soledad del ser pensante, de los hijos de Bolívar sin ideales.
Sin historia la tierra nuestra.
Sin soldados los hijos del Sol de Colombia.
Sin sueños.
Eso aquí pasaba, y por eso a los mercenarios les duele tanto que el pueblo recuerde, que se les diga a los jóvenes cómo se vivía aquí antes.
Por eso.
jsantroz@gmail.com