No nos traslademos, por ahora, a aquellos años en los cuales la actual
oposición, era gobierno en Venezuela. No nos detengamos en sus asesinatos
políticos, en su corrupción depravada, en su degradación moral, en el
terrible drama de pobreza en la que sumieron a millones. No evaluemos el
crimen que cometieron con la salud y la educación; no consideremos como
endeudaron al país y comprometieron su futuro.
Dejemos esos temas de lado, por ahora, no porque no sea importante su
denuncia y no porque pretendamos decirle a nuestro pueblo que haga borrón y
cuenta nueva. Dejémoslo de lado para evaluar que han hecho en la última
década por el país.
“La hoja de servicio” de esa depravada oposición en los últimos diez años
incluye el daño económico, social y político más grande que se le ha
ocasionado a la patria en la última centuria. Entre otras “menudencias”
dieron un golpe de estado y asesinaron a decenas de inocentes, montaron dos
huelgas generales y un sabotaje petrolero, se fueron a Altamira a promover
un alzamiento militar; inventaron la guarimba y crearon un caos; se
transformaron en terroristas y asesinaron a funcionarios como Danilo y
colocaron bombas en embajadas; sabotearon las elecciones parlamentarias,
promovieron una campaña internacional contra la patria y a gritos pidieron
la invasión del territorio por un ejército extranjero.
Hagamos, también, abstracción de esas acciones antipatrióticas y veamos
cual ha sido su accionar cuando no han estado en el terreno de la
conspiración, la traición a la patria o el terrorismo. Veamos lo que bien
podría definirse como su “accionar en el marco constitucional”; marco
dentro del cual no han dejado de hacerle daño al país.
¿Quién no recuerda como sabotearon y se opusieron a la misión Róbinson?
Parece increíble que alguien pueda actuar como lo hicieron los escuálidos,
contra el plan que acabó con el analfabetismo en el país, pero lo hicieron.
Lo ridiculizaron, ofendieron y se burlaron de los participantes y los
facilitadores. Hicieron un gran gasto y un gigantesco esfuerzo por
sabotearlo.
¿Quién no recuerda como atacaron a Barrio Adentro? Pocos deben haber
olvidado la terrible campaña destinada a que la ciudadanía rechazara una
misión destinada a llevar salud a los rincones más lejanos y pobres del
país. Como olvidar los ataques morales y físicos que ejecutaron contra unos
médicos que se sacrificaban por el pueblo. Hay que ser un sucio apátrida
para hacer algo como lo que hicieron, pero lo hicieron.
Cuántos sabotajes han cometido contra el sistema ferroviario diseñado por
la revolución; cuántos contra el sistema eléctrico. Cuántos dirigentes
campesinos han asesinado intentando paralizar la revolución agrícola,
cuántas campañas de acaparamiento han lanzado y cuanto han especulado el
pueblo buscando que se decepcione del gobierno revolucionario.
No tenemos más espacio para seguir describiendo la gestión de la oposición
venezolana en la última década, pero no culminaremos esta nota sin exponer
que mientras ellos actúan impulsados por el odio que les carcome el alma,
haciéndole daño a la patria, el Gobierno Bolivariano desarrolla un plan de
viviendas que ya les parece increíble e incumplible; atiende los
damnificados de las lluvias; desarrolla la fiesta del asfalto; dota de
computadoras a los niños de la educación pública; salva vidas con nuevos y
repotenciados hospitales; impulsa la creación de fabricas nacionales y la
producción nacional de alimentos; crea Comerso y las areperas socialistas;
une al país con líneas férreas, metros y trolebuses y no descansa.
Nunca derrotarán al gobierno Bolivariano ni al comandante Chávez, porque el
pueblo no es pendejo para dejar de respaldar a quien hace lo que Chávez
hace y brindarle apoyo a quienes promueven falsas huelgas de hambre, causan
disturbios, recurren a la violencia y se alían con los sempiternos enemigos
del pueblo. No les alcanza con unos periodistas y unos medios al servicio
de los más oscuros intereses antinacionales.
arellanoa@pdvsa.com
