Hace ya bastante tiempo que escribimos una carta abierta al padre José
Palmar donde lo invitábamos a revisar su posición sobre el Caso de RCTV.
Eran tiempos en los que el curita no se había quitado la careta.
Esa carta la iniciamos diciéndole al párroco: “usted que es, padre Palmar;
un hombre de Iglesia diferente a Rosalio y a Porras, un hombre del que
nadie puede poner en duda su condición de cristiano militante, un
revolucionario orientado por el amor a su pueblo, un fervoroso soldado de
esta revolución bolivariana y un hombre que goza de mi afecto, respeto y
consideración; se equivoca cuando argumenta a favor del perdón para RCTV”
Concluimos esa nota de la siguiente forma: “Perdone que se lo diga padre
Palmar, pero me parece ridículo que usted apele al Observador Creole, a la
Radio Rochela, a Renny Otolina y a Doris Wells para justificar su deseo de
que le renueven la concesión a RCTV.
Todos ellos forman parte de un pasado ya lejano. Véngase al presente,
sintonice su televisor en RCTV y vea las escenas de sexo que transmiten en
horas de la noche, las películas donde el protagonista es el que más gente
mata, las telenovelas donde las mujeres son golpeadas por los galanes más
promovidos, los programas donde los negros sólo actúan como servicios o
choferes. Encienda su televisor bien temprano y sintonice RCTV para que vea
el tipo de periodismo que se hace en ese canal, para que vea como le
enseñan a nuestros jóvenes que la televisión puede servir para sacarle la
madre a los funcionarios públicos, el Presidente inclusive.
¡Cuánta agua ha corrido baja el puente desde entonces! ¡Cuán equivocados
estábamos con el curita!
Hoy es imposible escribirle al padre Palmar en los mismos términos que lo
hicimos en aquella ocasión. Reconocemos que nos engañó con su bien
estudiada imagen de hombre cargado de amor por el pueblo humilde.
La verdad es que su posición de hombre revolucionario no fue sino un
estrategia para intentar acceder al poder y a la fortuna a través de su
actuación como promotor principal de un candidato a gobernador en el
estado Zulia.
Derrumbados sus planes no vaciló en cambiar de posición política y moral
para aliarse con aquellos de quienes una vez dijo lo mismo que hoy dice del
presidente Chávez. Hoy no es sólo un enemigo del proceso revolucionario
venezolano, sino un pobre diablo que inspira asco por el odio que destila y
lo lejos que se ha colocado (como consecuencia de su odio) de las
enseñanzas de Cristo que porta en su lengua, pero jamás en su espíritu.
Como muestra de lo que decimos he aquí algunas de los deseos al Presidente,
expresados por el curita en su cuenta twitter:
· “Ahora si estamos orando para que el Señor se sirva de ti para siempre,
eres un farsante desalmado que has engañado al mundo”.
· “Por higiene mental y pureza del alma es aconsejable no pensar más en la
parodia displicente de Chávez. ¡Que viva el cáncer del comandante!”
No escribe esta basura un hombre cualquiera, lo hace un representante de la
Iglesia Católica venezolana, con evidente beneplácito de sus superiores.
Esto deja bien en claro la calidad humana y espiritual de quienes se
autocalifican de pastores de almas y hombres de Dios. Ni en el más perverso
de los opositores al gobierno de Hugo Chávez hemos escuchado frases como
las del curita maracucho.
A pesar de que poseemos información que les asombraría sobre las
costumbres, hábitos y amistades del curita en cuestión, no usaremos esta
nota para decirles a ustedes, amigos lectores, en quien ha degenerado… no
vale la pena. Con lo que él muestra es más que suficiente para que usted se
forme una idea sobre quien escribimos hoy y por qué más que indignación lo
que sentimos es lástima.
Lo que si haremos es recordarle al curita de pacotilla, que el Dios en el
que creemos los venezolanos no presta atención a ruegos en los que se le
desea la muerte a un semejante, no dice amén a quienes celebran una
enfermedad en otro, ni premia a farsantes que en su nombre actúan como él
lo hace.
arellanoa@pdvsa.com