¿Por qué la oposición es un saco de gatos?

Llámese mesa de la unidad, mesa de la ultraderecha o mesa de la “united states”, bien bueno y le cae al pelo todo lo que se ha dicho de esta especie de arroz con mango o melcocha que en definitiva lo único que los une es el antichavismo a ultranza.

En la medida en que surgen más candidaturas de los componentes de la citada mesa de la ultraderecha, salen a relucir los cables pelaos. Imaginense como caso la situación del dirigente de Podemos, Ismael García. Desde Panamá, Didalco Bolívar le lee la cartilla acusándolo de alquilar, prestar o hipotecar a Podemos convirtiéndolo en una franquicia. En Aragua, ante la pretensión de la MUD de imponerlo como candidato a la gobernación, le han hecho la señal de costumbre. Sencillamente, este otrora socialista llegó al llegadero.

Es una lástima y una tragedia para una dirigencia que se ha dejado llevar por la docilidad, el financiamiento y tratar de imponer a cualquier precio las recetas, dictados y órdenes que les dictan los círculos imperialistas en el afán desestabilizador y golpista.

Sucede que la llamada oposición, integrante de la citada mesa de la ultraderecha no desimula su entrega al imperio. En estos mismos días, a propósito de la decisión del gobierno nacional de devolver el oro al país, han ratificado lo que son. Apátridas, renegados, vendidos y opositores desequilibrados. No se atreven a reconocer este paso como un acontecimiento que reivindica la soberanía y propicia el fortalecimiento de nuestra economía, evitando los riesgos que se viven en otras latitudes.

Menos mal que los venezolanos hemos aprendido mucho en los últimos años, y sabemos lo que nos conviene. Mientras el mundo capitalista vive una profunda crisis que empobrece y priva a las grandes mayorías de las necesidades básicas, aquí en Venezuela y en el conjunto de los países integrantes de UNASUR, propiciamos iniciativas para reivindicar a nuestros compatriotas con mejor salud, educación, cultura, deporte y participación en las grandes decisiones nacionales. Sin decir que estamos viviendo en socialismo, porque no es así, lo cierto es que el capitalismo recula por antihumano.

Ya decíamos que el desequilibrio, locura y desesperación de la oposición “venezolana” tiene elementos que los unen. El odio, la torpeza y su manía antichavista. Al parecer ya son incorregibles. Ellos mismos se puñalean, se dan zancadillas y se descalifican. Basta imaginarse un gobierno con esta gente. Bueno, ya tuvieron sus 47 horas en abril del 2002 con sus claras muestras represivas y fascistas. Visto así, no hay dudas. La unidad de la tal mud o mus está pegada con saliva de loro.


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Juan Azócar


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